El proyecto de reforma laboral que el Poder Ejecutivo envió al Congreso para su tratamiento incluye una modificación tributaria que generó una fuerte sorpresa. Un artículo propone la eliminación del impuesto interno a los automotores, una medida que las empresas del sector esperaban desde hacía varios años y que tendría un impacto directo en los precios de los vehículos en el caso de aprobarse el proyecto.
La eliminación del tributo permitiría avanzar sobre lo que se dice que es uno de los que se considera como uno de los impuestos más distorsivos y desiguales que afecta en el precio de los autos 0km: el famoso "impuesto al lujo".
Si bien las terminales automotrices nucleadas en Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) vienen trabajando con el Ministerio de Economía en una agenda de reducción de carga fiscal que permita bajar el precio de los vehículos en el mercado interno y mejorar la competitividad al momento de exportarlos (eliminar el arancel de exportación es la propuesta), causó sorpresa esta inclusión en el proyecto de reforma laboral.
El impacto del impuesto interno
El impuesto interno tiene dos escalas, una del 20% y otra del 35%. La primera se suspendió en enero de este año y en la segunda se redujo la alícuota al 18%. Como es un impuesto que se cobra sobre otro impuesto, el impacto real de la escala 2 es cercano al 22%.
Si bien el impuesto actualmente se aplica sobre los autos con precios mayores a los $103.000.000, la realidad marca que prácticamente hay una “laguna” sin autos a causa del impuesto.

Quienes están apenas por encima prefieren resignar ganancias pero vender autos, entonces ubican los precios justo por debajo del límite. En cambio, los que no pueden bajar porque cuestan cerca de $110.000.000, automáticamente pagan un 22% más, con lo cual el precio sube hasta $134.000.000.
Este impuesto no alcanza a los vehículos comerciales livianos, por lo cual sólo se aplica sobre autos sedán, hatchback y SUV, pero no sobre las pick-ups, los furgones y las camionetas (vans).
Alberto Mastandrea, socio de Impuestos de BDO en Argentina, comentó a PERFIL: "Los Impuestos Internos constituyen un tributo al consumo selectivo de bienes, cuya finalidad histórica ha sido doble. Por un lado, aportar progresividad al sistema tributario, haciendo recaer una mayor carga fiscal sobre quienes evidencian una superior capacidad contributiva, a través de la imposición sobre bienes típicamente asociados a consumos relativos al lujo. Por otro, desalentar el consumo de ciertos productos considerados nocivos para la salud humana, encareciendo su precio final, como ocurre con el tabaco o las bebidas alcohólicas".
"En esta oportunidad se orienta exclusivamente a derogar aquellos Impuestos Internos cuya razón de ser se vincula con la búsqueda de progresividad del sistema, manteniendo vigentes los gravámenes cuyo fundamento se asocia a la protección de la salud pública. Se trata, por lo tanto, de una eliminación selectiva del tributo", agregó Mastandrea.
El especialista en tributación aseguró que "el proyecto elimina el impuesto para diversos rubros, entre los que se destacan los seguros, los servicios de telefonía celular y satelital, los bienes suntuarios y los vehículos automóviles y motores, así como las embarcaciones de recreo o deportivas y las aeronaves, con reducciones que oscilan entre el 5% y el 25%, según el producto o servicio de que se trate".
"Al tratarse de un impuesto que recae directamente sobre los consumos, su derogación debería, al menos en términos teóricos, traducirse en una reducción del precio final de los bienes alcanzados, en la medida en que el impuesto era trasladado al consumidor", agregó Mastandrea.
"En definitiva, si bien se trata de una reducción impositiva, corresponde señalar que el Estado no está realizando, en este punto, un esfuerzo significativo en términos de recaudación. Los impuestos Internos alcanzados, aunque distorsionan de manera relevante el precio de los bienes gravados, no representan una fuente sustancial de recursos fiscales. Con todo, la medida puede leerse como un avance inicial hacia el objetivo de comenzar a flexibilizar la estructura tributaria sobre el consumo, con impacto directo en precios y señales relevantes para la actividad económica", completó.

Efecto cascada
Del mismo modo que ocurrió a comienzos de año cuando se suspendió la aplicación de la primera escala, eliminar la segunda empujará los precios para abajo no sólo en los autos que hoy cuestan más de $120.000.000 y puedan quedar en $100.000.000, sino también los que tenían un precio cercano a los 95 millones de pesos, porque quedarán caros en relación a los de la gama inmediata superior.
Como importador oficial de Hyundai, y sin saber que el Gobierno pensaba proponer esta medida en la reforma que enviará al Congreso, Cavicchioli fue el primer empresario que este mes eligió bajar margen de ganancia pero utilizar la actualización de la alícuota que hizo ARCA con la llegada de diciembre, para bajar el precio del SUV Hyundai Santa Fe, que pasó de US$ 79.000 a los actuales US$ 70.900.
“Además, un auto más caro de lo que debería ser también paga más seguro, más patente, más inscripción inicial. El cliente va a ganar en eso también. Es beneficioso para todos. El estado deja de recaudar, sí, pero es muy poco y al entrar más auto de esos segmentos van a recaudar más por el 35% de arancel de importación de lo que van a dejar de percibir por el impuesto que eliminan”, completó.
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