Pocos días atrás, la Unión Europea (UE) aprobó la venta de larvas de gusanos en polvo, congeladas, en pasta y deshidratadas, así como grillos, los que pueden venderse en polvo parcialmente desgrasado para la elaboración de harinas.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), “una de las muchas vías para abordar la seguridad de alimentos y piensos es a través de la cría de insectos. Los insectos están en todas partes, se reproducen rápidamente y poseen tasas elevadas de crecimiento y conversión de piensos, además de un reducido impacto ambiental durante su ciclo de vida”.
Para la entidad, en 2030 habrá la necesidad alimentar a más de 9.000 millones de personas, además de a los miles de millones de animales que se crían anualmente con fines alimentarios o recreativos y como mascotas.
En Balcarce, crían larvas de insectos y las transforman en alimentos para mascotas
Se estima que a nivel mundial hay más de 1.900 especies de insectos comestibles, según los datos disponibles por la FAO, los insectos más consumidos son los escarabajos (coleópteros) (31%), las orugas (lepidópteros) (18%) y las abejas, avispas y hormigas (himenópteros) (14%).
Les siguen los saltamontes, las langostas y los grillos (ortópteros) (13%), las cigarras, los fulgoromorfos y saltahojas, las cochinillas y las chinches (hemípteros) (10%), las termitas (isópteros) (3%), las libélulas (odonatos) (3%), las moscas (dípteros) (2%) y otros órdenes (5%).
Según la FAO, éstas son cuatro razones para considerar a los insectos en la alimentación humana:
Son nutritivos
Los insectos comestibles tienen un importante valor nutricional y pueden ser un elemento saludable para incorporar en la dieta. Ofrecen energía, grasa, proteínas y fibra y, según el insecto, pueden ser una buena fuente de micronutrientes, como zinc, calcio y hierro.
Los insectos también pueden ofrecer una fuente alternativa de proteína respecto de las carnes convencionales. Por ejemplo, una comparación entre la carne de vacuno y los gusanos de la harina muestra que, mientras que el contenido de aminoácidos y materias grasas de la carne es mayor que el de los gusanos de la harina, estos últimos contienen valores comparables de minerales, y el contenido vitamínico suele ser más elevado.
La Unión Europea aprobó la venta de harina elaborada con grillos
Son ecológicamente sostenibles
Los insectos comestibles tienen múltiples ventajas para el medio ambiente. Por ejemplo, la cría de insectos emite considerablemente menos gases de efecto invernadero con respecto a la mayoría de las demás fuentes de proteína animal y requiere sustancialmente menos agua que la cría de ganado.
Además, la cantidad de tierra necesaria para criar insectos es significativamente menor que en el caso de la producción animal, y los insectos son muy eficientes a la hora de convertir piensos en proteínas. Por ejemplo, los grillos necesitan 12 veces menos piensos que el ganado para producir la misma cantidad de proteína.
Ofrecen oportunidades económicas
Además de ser una fuente de alimentos, los insectos comestibles pueden proporcionar medios de vida e ingresos. Dado que la cría de insectos requiere un espacio mínimo, se puede realizar en zonas tanto rurales como urbanas, por lo que resulta ventajosa en lugares en los que otras actividades agrícolas no lo son.
Los insectos comestibles también se transportan fácilmente y suelen ser fáciles de criar sin una capacitación especializada. Por lo tanto, la cría de insectos ofrece oportunidades económicas a quienes tienen un acceso mínimo a la tierra, la formación y otros recursos.
Son un recurso infrautilizado
Puesto que la población mundial sigue creciendo, la producción de alimentos deberá aumentar, lo que inevitablemente ejercerá presión sobre la producción agrícola y los limitados recursos naturales.
Para la FAO, "Necesitamos soluciones innovadoras para satisfacer la demanda mundial de proteína y otras fuentes alimenticias nutritivas, y la cría de insectos ofrece una oportunidad para ayudar a satisfacer esta demanda creciente".
LM / ds