ECONOMIA
Entrevista

Elizabeth Gómez Alcorta: "Cuidar es una tarea que hay que jerarquizar"

La ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad encabezó la primera mesa del gabinete para generar políticas que apunten a la igualdad. Mapeo y uso del tiempo para medir. Licencias, guarderías y programas contra estereotipos.

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Objetivo. Gómez Alcorta busca articular con el sector privado. | Min. Mujeres, género y diversidad

Esta semana se reunió la primera mesa interministerial de cuidados para articular las políticas que permitan llegar a la igualdad de género. La convocatoria estuvo a cargo de Elizabeth Gómez Alcorta, la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación. “Mientras que no tengamos una agenda de políticas públicas, el cuidado termina siendo un factor de profundización de desigualdades”, aseguró la funcionaria.

La mesa está formada por la jefatura de Gabinete, Desarrollo Social, Educación, Trabajo, Economía, PAMI, Anses, Andis y AFIP. Gómez Alcorta también se reunió con el titular del Indec, Marco Lavagna. El organismo llevará adelante cada dos años la encuesta de uso del tiempo, que permite identificar cuántas horas se destinan al mundo laboral, pero al trabajo no pago que representan las tareas del hogar y de cuidado familiar.

—¿Cuál es el diagnóstico actual del cuidado?

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—Para nosotros es fundamental el mapeo federal y contamos con el apoyo de Cepal para la realización del relevamiento que permita ver cómo está la organización del cuidado en la Argentina. Ese mapeo y la encuesta del uso del tiempo nos van a dar el marco para las políticas. Hay una larga identificación de acciones en funcionamiento y otras que el Estado podría poner en marcha, como una estructura educativa de primera infancia, la formalización de programas barriales, un nuevo esquema de licencias de maternidad y paternidad, sistemas de cuidado para adultos mayores y personas con discapacidad y también programas para deconstruir estereotipos dentro de los propios hogares. Todo eso no hay forma de pensarlo aisladamente.

—En el contexto de dificultades financieras, ¿están garantizados los fondos para las políticas de género?

—Para algunas cosas se requiere inversión y para otras no. Por eso están sentados a la mesa Economía, la jefatura de Gabinete, el Ministerio de Trabajo, Educación; es lo único que nos puede permitir analizar qué es lo que hace falta. El compromiso para financiar estos programas está. Alberto Fernández mencionó las políticas de cuidado en su discurso. Pero hay que pensar en dónde invertir, por eso es importante el mapeo.

—¿En qué sectores hay más avances?

—Nicolás Trotta (el ministro de Educación) nos anticipó que se ponen en marcha los 140 jardines iniciales, que parece poco, pero es algo que contribuye. PAMI tiene un área específica para cuidadores a domicilio, como también lo tiene el área de personas con discapacidad (Andis). El cuidado es una necesidad y es un derecho. Fuimos cuidados en el comienzo y seguramente necesitaremos cuidados más adelante. En ese marco, la capacitación es importante para evitar además, los abusos en el cuidado. Hay muchas denuncias por abusos y maltratos. Buscamos defender los derechos de los que cuidan y de los que deben ser cuidados.

—¿Cuáles serán las políticas prioritarias?

—En la mesa cada uno puso eje en su área y nos fuimos retroalimentando. No hubo compromiso de políticas puntuales. Lo vamos a pensar entre todes, los equipos de todos los ministerios y las agencias.

—¿Cómo será el trabajo con el sector privado?

—El sector privado es todo un área con la que hay que trabajar fuertemente para articular las políticas de cuidado. Así como también hay que trabajar con la representación de los trabajadores y trabajadoras, hay que trabajar con las empresas. Y también con los movimientos sociales y la organización popular, donde hay una parte importantísima del sistema de cuidados que está vinculada con la economía popular.

—Se plantea la idea de un cupo para que haya hombres en el cuidado. ¿Eso puede romper los estereotipos?

—Queremos revalorizar las tareas de cuidado, jerarquizarlas. Se tomó como normalidad que son tareas de las mujeres, pero si solo le damos el lugar a las mujeres lo que hacemos es legitimar los estereotipos que queremos erradicar. No existen actividades que no puedan ser realizadas por varones u otras identidades y no hay ningún condicionamiento biológico. Por este estereotipo, el cuidado no se consideró como un trabajo, invisibilizándolo cuando ocurre en los hogares y subvalorándolo cuando toma lugar en la arena pública.