El acuerdo preliminar con los tres grandes grupos de fondos de fondos, y su recomendación al resto de los bonistas para aceptar la oferta, cierra la puerta a futuros litigios como los que se vivieron después del canje de 2005-2010. Según ratificó el ministro de Economía, Martín Guzmán, la aceptación será alta, por lo que los llamados fondos buitre, que eligen la vía de los litigio, quedarían afuera.
Allí entran en juego las cláusulas de acción colectiva. Si un canje logra una determinada mayoría -75%- las nuevas condiciones se aplican a todos los acreedores. Los tres grupos -Ad Hoc Bondholders, Exchange Bondholders y Argentina Creditors Committee-, representan en conjunto un 40% global de las tenencias. Y según ellos mismos argumentaron en las últimas semanas, poseen 60% de los bonos del Canje y 51% de los Globales, por lo que “su apoyo permitiría activar estas cláusulas”, según detalló SBS.
Así lo dijo también Martín Guzmán en la conferencia de prensa que brindó esta tarde: "Vamos a tener una participación muy alta. Estamos sumando el grupo más grande y esperamos que se activen las cláusulas de acción colectiva".
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Para seguir adelante con el canje, más allá del acuerdo, el Gobierno publicó en un suplemento del Boletín Oficial la extensión de la reestructuración hasta el 24 de agosto y lo presentó también ante la SEC, la comisión de valores de los Estados Unidos. La oferta inicial que se presentó oficialmente el 21 de abril, tiene así su última prórroga, hasta las 17 horas de Nueva York del lunes 24, para que los fondos puedan completar el proceso de aceptación. Los mismos bonistas nucleados en los tres grupos con los que terminó de negociar esta madrugada el Gobierno, recomendaron a otros acreedores aceptar la oferta de US$ 54,8 de valor presente neto calculado con una tasa de salida del 10%.
Cómo impacta el acuerdo de deuda en la economía diaria de los argentinos
Después de que varios países padecieran el accionar los fondos buitre, la International Capital Market Association propuso una CAC donde únicamente se tenga en cuenta una votación súper-mayoritaria de acreedores, con una aprobación del 75% de los acreedores y dejando de lado las votaciones individuales dentro de cada serie. Esta propuesta fue apoyada por el FMI en 2015.
“Si por ejemplo en una serie se obtiene el consentimiento del 40% de los tenedores, en caso de que se alcanzara la mayoría necesaria computando todas las series, los tenedores de la serie que rechazó la propuesta serían igualmente obligados a aceptar las modificaciones propuestas”, señaló un análisis de Baker McKenzie. Con esas cláusulas, el canje de 2005 podría haber dado por cerrado el capítulo de la deuda con su aceptación del 76,15%, lo que hubiese ahorrado una década de litigios y miles de millones de dólares.
PV