Los anuncios de la quita de retenciones a las exportaciones de granos no fueron suficientes, ya que este año se recaudó la mitad (entre un 40 y 45% de lo que se proyectaba). Esas medidas no alcanzaron: tampoco lo hizo el hecho de limitar la liquidación de la cosecha siguiente. Muchos empresarios del agro necesitan ese dinero para financiar la próxima siembra, eso en relación con las exportaciones.
Por otro lado, desde agosto de 2019 al mismo mes de este año, aumentó en 1.000 millones de dólares la solicitud de anticipo de pago de importaciones, por un tema coyuntural y por la falta de previsibilidad que tiene nuestro país.
Limitaciones
Lo cierto es que hoy un importador enfrenta tres tipos de escollos: cambiario -uno mucho más activo que los otros dos restantes, que intenta controlar ingreso y egreso de divisas-, arancelario -cuyo objetivo es la defensa de la industria nacional con aranceles internos, es decir, no fomentar la importación con la imposición de tributos que la gravan- y el pararancelario -con las Licencias No Automáticas y trámites ante terceros organismos-. Estas limitaciones son las que se deben sortear al momento de importar, dependiendo del tipo de mercadería e insumo.
La solicitud de anticipo de pago de importaciones aumentó mil millones de dólares en un año.
Asimismo, las últimas medidas implementadas por el Banco Central buscan equilibrar la balanza de ingreso y egreso de dólares. Su objetivo es controlar la entrada de importaciones de bienes propiamente dichas, con herramientas como la Licencia No Automática y/o la regulación a través de la Secretaría de Industria, para poder maniobrar ese grifo.
Contando con más de 100 empresas en nuestra cartera, entre multinacionales y pequeñas, hoy en día reciben el impacto de las normativas todas por igual. Tengan el volumen que tengan, poseen los mismos cupos, independientemente de si giran anticipado, ya que muchas veces reciben más atención en cuanto a reglamentaciones, o bien, así giren en diferido. Esto se debe a que las reglas de juego están cambiando todo el tiempo.
El cambio justo
Si no existieran estas trabas, seguramente el dólar divisa -el que opera para el comercio exterior-, lo tendríamos que ir a buscar entre lo que está hoy el financiero y el oficial. Estaríamos hablando de ciento y algo pesos y los precios se multiplicarían por ese valor, lo cual afectaría no sólo a la inflación, sino a los precios que los salarios no alcanzan a acompañar. Entonces, impactaría en el consumidor que, en definitiva, somos todos.
Sin trabas, el precio del dólar para comercio exterior lo tendríamos que buscar entre lo que está hoy el financiero y el oficial.
En la actualidad, gira un dólar más beneficioso para el importador y el consumidor si el importador que giró al dólar oficial, después multiplica por este último para armar su precio de venta. De todos modos, esa brecha ahora se está achicando.
Los 1.000 millones de dólares girados por anticipo de importaciones no tienen relación con un aumento de consumo, que tal vez se dió pero en algunos rubros. Tiene mucho más que ver con el tipo de cambio, con el ‘run run’ que hay sobre la idea de que va a ocurrir una devaluación. Mientras se mantenga así, para los que pueden jugar y son bien asesorados en materia de comercio, la situación los beneficia.
Juan Pablo Bastero es Director General de Jidoka y especialista en negocios y comercio internacional