Al analizar la evolución histórica del dólar en el mercado local queda claro que su valor no
es ajeno a los sucesos políticos del país y a las especulaciones que los agentes realizan sobre los
posibles resultados electorales. Teniendo en cuenta esto, y en función de las próximas elecciones
legislativas, cabe preguntarse: ¿Qué variables, cuentas o agregados económicos debemos observar
para comprender la evolución del tipo de cambio en los próximos meses?
¿Cuáles son las expectativas, tanto del gobierno como del público, respecto al dólar pre y
postelectoral?
Antes, debemos tener en cuenta que los cambios en las tenencias de divisas son relativamente
normales en períodos pre y postelectorales y, además, que se trata de comicios legislativos y no
presidenciales, con lo cual es esperable que la especulación sea menor. No obstante,
las posibilidades de que durante junio y julio se observe una mayor presión cambiaria son
reales.
Uno de los principales puntos a considerar es el saldo de dólares de la balanza comercial.
Esto es, la cantidad de dólares que ingresan vía exportaciones menos el monto de dólares que egresa
por las importaciones. Si bien el primer cuatrimestre del año arrojó una cifra mucho mejor que la
esperada (con un valor superior a los US$ 6.100 millones), gran parte del resultado se explica por
la contracción del 36% en las importaciones, respecto al mismo período del año
anterior. Por otro lado, se estima que durante los subsiguientes cuatrimestres el
desempeño del comercio exterior sea marcadamente inferior.
Un segundo punto a tener en cuenta son los compromisos financieros en dólares que deberá
enfrentar el país durante el segundo semestre y en los sucesivos años. Del total de los
vencimientos de 2009 denominados en moneda extranjera, aún restan pagar aproximadamente u$s 8.000
millones. De esta manera, aún considerando las fuentes de financiamiento externo,
el gobierno debería salir a conseguir cerca de u$s 4.300 millones al mercado cambiario,
incrementando así la presión sobre el dólar.
Otro aspecto a considerar es la denominada fuga de capitales. Según datos del Banco Central
(BCRA), durante el primer trimestre de 2009 se registraron u$s 5.600 millones en concepto de
formación de activos externos, lo cual significa un 150% más que en mismo período el año anterior.
De mantenerse este valor como promedio para los restantes trimestres, el monto anual no superaría
al total registrado en 2008, aunque aún significaría una cifra elevada.
Las estimaciones de fuga de capitales para el 2009 son inciertas, pero según la
consultora privada Abeceb.com, difícilmente estén por debajo de los u$s 8.400 millones, cifra que
equivale a más del 18,1% de las reservas actuales del BCRA, calculadas en US$ 46.516 millones
durante el mes pasado.
Respecto a la
cotización del dólar, aunque el gobierno ha fijado un valor objetivo de $ 4 para
fin de año, en plaza se habla de $ 4,8 (Morgan Stanley), $ 4,3 (JP Morgan) y $ 4,2 (HSBC), entre
otras cotizaciones. Son estas expectativas (acertadas o no) las que impactan sobre la tasa de
interés y, en definitiva, sobre la actividad económica.
Diferentes sectores, entre ellos la Unión Industrial Argentina (UIA) y diversas cámaras
agroexportadoras, presionan por llevar la divisa a un precio más elevado argumentando que la
inflación ha socavado gran parte de la competitividad cambiaria. Al computar el tipo de cambio
real, esta postura señala que el valor actual es similar al que había durante la convertibilidad.
Por su parte, desde el BCRA aseguran que no existe tal atraso cambiario y que, de hecho, el Tipo de
Cambio Real Multilateral (TCRM) estaría hasta un 14% subvaluado. Según esta posición, un dólar a
$3,20 sería más representativo, teniendo en cuenta la inflación local, externa y la variación en
las monedas de los principales socios comerciales del país. A su vez, aseguran que
no existen motivos suficientes para esperar una devaluación de la moneda después de las
elecciones, aún cuando otros países de América Latina, desde 2008 al presente, devaluaron
su moneda respecto al dólar en mayor proporción que la Argentina.
A escasos días del 28 de junio, el clima electoral parece mover las expectativas de los
agentes en la economía. Habrá que esperar hasta el día D (esta vez por Dólar) para conocer como
continúa la temperatura del mercado cambiario.
* Analista de BDO Becher