La onda expansiva por el escándalo de las coimas de empresas de obras pública en el gobierno kichnerista sumado a un escenario global más complejo para todos los mercados emergentes armó un combo letal que sacudió la calma cambiaria que llevaba un mes.
El dólar minorista se disparó, y cerró ayer a un récord de $ 29,79, según el promedio elaborado por el Banco Central, aunque en algunas entidades financieras se comercializó a $ 30. Así, la divisa saltó $ 1,10 o 3,8% en un día, y trepó 6,4% en la última semana. Se trata de la mayor suba semanal desde fines de junio cuando la divisa había registrado un pico de $ 29,57 en medio de una corrida cambiaria. En el terreno mayorista, el billete verde finalizó a $ 29,25, es decir un aumento de $ 1,14 contra la jornada previa, y sumó en la semana $1,96.
“El efecto contagio del derrumbe de los mercados internacionales volvió a sumarse a las causas locales para generar un fuerte traspaso de inversores y ahorristas a posiciones dolarizadas, natural en los momentos de alta incertidumbre y nervio- sismo. La estrategia oficial pareció aceptar la corrección del mercado”, señaló el operador Gustavo Quintana.
Efecto cuadernos K: el dólar se disparó y cerró muy cerca de $30
Viernes negro. Desde el BCRA alegaron que la depreciación del peso se dio en una jornada negra “para todas las monedas”, liderada por la lira turca que se devaluó 17% frente al dólar en medio de una crisis diplomática entre esa nación y Estados Unidos. Sin embargo, el peso fue la segunda moneda más castigada. Este rebote se da en una semana de menor oferta por una baja en el ritmo de liquidaciones de divisas de exportadores cerealeros, y por el recorte de las subastas diarias con los fondos del FMI a US$ 50 millones.
Causas. Los economistas consultados por PERFIL evaluaron que el salto del dólar fue “gatillado” por un clima internacional adverso, pero afirmaron que en la Argentina el impacto “se magnifica”.
Federico Furiase, de Eco Go, planteó que hay “un mix: un escenario donde el dólar se fortalece a nivel global, el ruido político de los cuadernos que genera presión en las acciones por las empresas vinculadas a eso y contribuye a presionar al dólar, pero lo principal es que siguen los mismos desequilibrios estructurales; ahí entra el talón de Aquiles de las Letes en dólares, porque al Gobierno le está costando refinanciarlas”.
Al respecto, alertó que esta semana solo consiguió renovar el 54% del vencimiento, y debió convalidar una tasa más alta de casi 5%. Juan Manuel Pazos, de Puente, explicó que “hay un caldo de cultivo internacional, pero dentro de ese menor apetito por emergentes, Argentina está entre los más castigados”.
Guido Lorenzo, de ACM, sostuvo que “el impulso inicial” de la suba del dólar es “el efecto Turquía, hay un vuelo a la calidad que afecta a todas las monedas emergentes”, pero “Argentina sufre más porque su economía es frágil, tiene que financiar casi 5 puntos de déficit de cuenta corriente”. Además, dijo que “hay dudas sobre el financiamiento para 2019, sumado a la incertidumbre por los cuadernos”.
El financista Christian Buteler juzgó que “el contexto internacional no ayuda, pero pesan más los factores locales; la calma cambiaria se terminó esta semana por una acumulación de factores internos, el que el Gobierno no haya podido renovar el 100% del vencimiento de Letes y haya tenido que subir la tasa de 3% a 5% en esa licitación a 182 días marca la preocupación”.
