Apenas conocida la noticia sobre el freno del Gobierno a Edesur
para pagar dividendos, algunos se escandalizaron. Otros temieron por ellos mismos. Y algunos pocos
se pusieron a hacer cuentas para calcular cuánto dinero puede quedar retenido en el
novedoso corralito que, se teme entre los hombres de negocios, comience a regir
para las empresas. Y que
tienen en
stand by a los bancos.
En función del ritmo de giro de utilidades y dividendos que desde
principios de año registra el sector privado, el Gobierno podría trabar el reparto de al menos unos
u$s 1.600 millones. Esta cifra, sin embargo, es considerada demasiado conservadora entre los
analistas, que en su mayoría la ubican
en torno a los u$s 2.000 millones, si se tiene en cuenta que durante 2008, la
salida de capitales bajo este concepto superó los u$s 3.500 millones. Se trató de un monto récord,
ya que los años anteriores, el mismo se ubicó entre los u$s 1.500 y u$s 1.800 millones.
Dos factores se combinaron el año pasado para alcanzar esa cifra
inédita: por un lado, las fuertes ganancias que generaron particularmente los altos precios de los
commodities y, por el otro, el bajísimo nivel de reinversión de esas utilidades, dado el contexto
de incertidumbre local potenciado por la avidez externa de liquidez derivada de la crisis
financiera internacional. Este año, sin embargo, las condiciones son bien distintas.
La nota completa, en la última edición de la
Revista Fortuna
.