El anuncio del pago de la deuda al Club de París realizado por Cristina Kirchner generó una bocanada de aire fresco entre quienes impulsan el polémico proyecto del tren bala que unirá Capital Federal con Córdoba, vía Rosario. Con esa medida, suponen en el Gobierno, se mejoraría el acceso a las líneas de créditos de los países centrales y se obtendrían tasas de financiamiento razonables. Sin embargo, un nuevo obstáculo puede presentarse. Natixis, el banco privado francés que es una de las instituciones más importantes de ese país y que será el encargado de financiar al TAVE (tren de alta velocidad) vernáculo, se topó con varios escollos en su camino.
El pasado 28 de agosto, el Natixis anunció pérdidas por 948 millones de euros correspondientes al primer semestre del año. La crisis hipotecaria de los Estados Unidos, aseguran en Francia, es la gran culpable.
Natixis fue designado en marzo de este año por el Gobierno argentino para financiar el megaproyecto ferroviario a un costo de u$s 3.900 millones y con un endeudamiento a 30 años mediante la emisión de títulos públicos de garantía. El consorcio que se adjudicó la obra es Veloxia, está liderado por la empresa francesa Alstom.
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