La actividad todavía estancada, los reclamos sociales y un contexto global más duro impusieron en los últimos días un cambio en el rumbo previsto por el Gobierno para la política económica. En la semana, el dólar se disparó un 1% hasta $ 15,70, con lo que rompió unas tres semanas de caída, mientras se espera un aluvión de divisas que vendrá de la mano del blanqueo. El Banco Central, a la vez, dispuso una nueva baja de su tasa de referencia, que quedó en 25,75%.
En el Palacio de Hacienda ven con buenos ojos la baja de tasa, un viejo reclamo de Alfonso-Prat Gay. Y si bien prometen “cuidar el déficit fiscal”, para contrarrestar también los cuestionamientos del titular del Central, Federico Sturzenegger, analizan algunas medidas para ampliar los reintegros a la exportación en algunos sectores donde haya problemas de competitividad. Algunas empresas cuestionaron la demora de los reintegros. “Hay algunas tardanzas pero estamos mejor que con el gobierno anterior”, reconoció Enrique Mantilla, presidente de la Cámara de Exportadores.
La mejora de la actividad interna busca también calmar el ánimo social. El malestar se sintió ayer en las calles porteñas, en medio de la demanda por la ley de emergencia social y el reclamo de gremios y organizaciones sociales que el Gobierno intenta aplacar con bonos de fin de año: los estatales recibirán hasta $ 3.500, según las escalas, de acuerdo con lo que se definió esta semana.
Las expectativas económicas de la gente ya no son mayoritariamente positivas para el año que viene y la situación personal es cada vez más acuciante. Así lo revela una encuesta exclusiva para PERFIL de M&R Asociados realizada entre el 10 y el 13 de noviembre sobre 1.125 personas en diferentes puntos del país que detalla que existe un deterioro de la situación económica personal, que pasó de 46,4 a 44,5 puntos en los últimos dos meses, también cayó la percepción de la situación económica del país, de 47,9 a 44,5 puntos en el mismo período, mientras que la expectativa a futuro descendió de 53 a 49,4 puntos.
El Indice Líder elaborado por la Universidad Di Tella, que busca anticipar cambios en la tendencia de ciclo económico, detalla una caída de 1,38% en octubre con respecto a septiembre. Además, muestra que la expectativa sobre la probabilidad de salir de la recesión bajó fuertemente de 73% en septiembre a 40,3% en octubre.
Emilio Ocampo, economista de Ucema, que elabora el índice Viento de Cola, que se refiere tanto a la evolución de commodities como a la percepción de las economías centrales sobre las emergentes, asegura que hay un descenso desde 9,2 en septiembre hasta 8,4 hasta el 17 de noviembre en el grado de receptibilidad sobre los países emergentes. Sumando un condimiento externo en contra de la economía local.
Los empresarios, en tanto, también reclaman que se reactive el mercado interno y señalan que sus fábricas están usando sólo el 60% de su capacidad instalada. Entre el próximo lunes y martes, durante la Conferencia Industrial de la UIA en Parque Norte, se prevé una nueva demanda de acceso al financimiento y mejora de la cuenta final de los exportadores.
“Aun con el 15% sigue siendo una tasa cara”, sostuvo un industrial esta semana pese a los intentos de Sturzenegger de mejorar las condiciones.
“Está bien que bajen las tasas, todavía hay margen y no cambia el objetivo a largo plazo”, opinó Ramiro Castiñeira, director de Econométrica.
Maximiliano Castillo Carrillo, socio de ACM, alertó que la justificación del Banco Central de las últimas bajas en las tasas de interés “no parece muy ajustada a su propia retórica y le quita credibilidad a su política monetaria. El peor riesgo es quedarse a mitad de camino y que no baje la inflación ni se reactive la economía”.
Diego Giacomini, director de Economía & Regiones, analizó: “Los fundamentos de la baja están tirados de los pelos y contradicen a los que se habían utilizado para dejar la tasa quieta durante las siete semanas previas”.
Agustín D’Attellis, director de E4D, consideró que se debe a “presiones del Poder Ejecutivo para reactivar la economía, que se encuentra frágil por la política del BCRA y el fuerte endeudamiento del gobierno nacional”.
En el Gobierno también se evalúan cambios sobre el sistema de blanqueo de capitales para generar más alternativas a la hora de aplicar lo recaudado y que no genere presión sobre el tipo de cambio.