El pasado 22 de junio, la Comisión Nacional de Valores (CNV) autorizó la liquidación de valores negociables en yuanes renminbi (RMB), la moneda oficial de China. Por su parte, el BCRA anunció el 29 de junio, mediante una comunicación oficial dirigida a las entidades bancarias, la incorporación de dicha divisa como moneda aceptada para la captación de depósitos y habilitó así a los bancos comerciales la posibilidad de abrir cuentas corrientes y cajas de ahorro denominadas en yuanes.
Si bien el acceso a dichas cuentas estará disponible, desde la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba) consideraron que las medidas anunciadas beneficiarán fundamentalmente a las empresas dedicadas al comercio exterior con China.
Mediante la Resolución General 965 publicada en el Boletín Oficial, la CNV habilitó, tal como sucede con el dólar, las operaciones con valores negociables denominados en RMB, teniendo en cuenta que “la cantidad de valores nominales vendidos con liquidación en yuanes y en cualquier jurisdicción no podrá ser superior a la cantidad de valores nominados comprados con liquidación en moneda extranjera y en cualquier jurisdicción, en la misma jornada de concertación de operaciones y para cada plazo de liquidación, por cada subcuenta comitente”.
Las cuentas bancarias en yuanes representarán así una alternativa para los inversores que deseen operar con activos financieros denominados en dicha moneda. Siguiendo, por ejemplo, la dinámica que actualmente rige para el dólar Mercado Electrónico de Pagos (MEP) o el dólar Contado con Liquidación (CCL), se podrá acceder a la compra de bonos denominados en yuanes (pagando con pesos argentinos) siempre que se posea una cuenta en la que, posteriormente, se puedan depositar los yuanes derivados de la venta de dichos activos.
Sin embargo, desde el BCRA aclaran que los bancos comerciales no estarán obligados a ofrecer dichas cuentas a sus clientes y que, en definitiva, su promoción estará determinada por las políticas comerciales propias a cada banco y por la demanda por parte de empresas y ahorristas.
El mes pasado, el BCRA renovó de forma anticipada por tres años más el swap de monedas por 130.000 millones de yuanes que mantiene con el Banco Popular de China desde agosto de 2020. A su vez, se negoció un aumento de su capacidad de uso, destinada al intercambio comercial entre Argentina y China, de 35.000 millones a 70.000 millones de yuanes (equivalentes a unos diez mil millones de dólares estadounidenses).
Bajo el requisito chino de mantener el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Popular de China accedió a entregar nuevamente yuanes a cambio de pesos argentinos. Esto se tradujo en un aumento de las reservas del BCRA, quien viene impulsando el mercado de operaciones spot (al contado) y futuros en yuanes a fines de diversificar las herramientas de financiación.
El Gobierno chino, por su parte, viene intentado impulsar el uso del yuan en el comercio internacional para tratar de ganar terreno sobre el dólar estadounidense. Las sanciones internacionales impuestas sobre Rusia a raíz de la guerra en Ucrania y su exclusión del sistema global de pagos Swift han favorecido el comercio bilateral entre China y Rusia y, por ende, aumentado el uso del yuan como medio de pago.
Pero a pesar de la firma de nuevos acuerdos comerciales con diversos países (Brasil, India y Arabia Saudita, entre otros), la participación de RMB en el comercio internacional sigue siendo limitada. A su vez, las fluctuaciones en el tipo de cambio del yuan con respecto al dólar, su aún limitada liquidez en comparación a otras divisas (dólar, euro, yen japonés o libra esterlina) y la falta de yuanes físicos en el sistema bancario local en caso de querer extraer efectivo plantean serios interrogantes sobre el potencial uso de dicha moneda como reserva de valor en nuestro país.
De momento, el yuan no parece ofrecer ventajas significativas frente a otras divisas para quienes no realizan operaciones de comercio exterior con China. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), China representa el segundo socio comercial de la Argentina en términos de importaciones con el 17,5% del total contabilizado entre enero y mayo de este año (detrás de Brasil con el 24,7%).
En cuanto al saldo comercial, China resultó en el acumulado a mayo el mayor déficit que contrajo el país por un equivalente a US$ 3.135 millones. Sin embargo, para alivio del BCRA, varias empresas locales que importan insumos desde el país asiático consideran convertir sus deudas de dólares a yuanes o directamente enviar solicitudes al Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) en yuanes, dado que el plazo de acceso al mercado de cambios para las importaciones en dicha divisa es de 90 días contra los 180 días que suele durar el plazo para las importaciones en dólares.
El 30 de junio pasado, la Argentina pagó al FMI vencimientos correspondientes al mes de junio por US$ 2.701 millones utilizando 1.700 millones de Derechos Especiales de Giro (DEG) y, por primera vez, yuanes. De esta manera, el BCRA logró hacer frente a sus obligaciones de pago sin recurrir a sus escasas reservas de dólares, particularmente afectadas este año por una caída en la recaudación de aproximadamente US$ 20.000 millones producto de la sequía histórica que golpeó al sector agroexportador.
Si bien los yuanes en la cartera de BCRA están a priori destinados a financiar las operaciones comerciales con China, la escasez de dólares obligó a utilizar una fracción en libre disponibilidad.
Este mes, Argentina debe afrontar tres nuevos vencimientos con el FMI por un total por US$ 2.631 millones (US$ 1.294 millones originalmente previstos para el 7 de julio, US$ 647 millones para el 14 de julio y US$ 690 millones para el 28 de julio), cuyos pagos fueron postergados para el 31 de julio.
La escasez de reservas plantea serios interrogantes sobre la capacidad del país para hacer frente a estas obligaciones. Tal como sucedió el mes pasado con la cancelación por parte del FMI de un desembolso programado de casi US$ 4.000 millones, si el Gobierno vuelve a incumplir las metas acordadas, el organismo podrá denegar nuevos desembolsos.
Argentina tratará entonces de negociar con el FMI la eventual exención de algunas de las metas actuales o plantear una redefinición del acuerdo. Dadas las condiciones acordadas con el PBC, si Argentina incumple con el FMI, no podrá acceder tampoco a nuevos tramos del swap en yuanes. El respeto de las metas macroeconómicas o la capacidad de renegociación del Gobierno serán determinantes para no perder, a la vez, el financiamiento del FMI y del Banco Popular de China.
Publicado originalmente en El Economista.