El déficit fiscal de la administración pública en la Argentina alcanzó en lo que va del año los 890.000 millones de pesos. Este aumento, de acuerdo al Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Conocimiento (CIPPEC), es consecuencia de la caída de la actividad económica producida por la pandemia COVID-19 y, al mismo tiempo, de la decisión del Estado nacional de reforzar el servicio de salud, incrementar la protección social, brindar apoyo a las empresas y asistir a las provincias.
Es decir que en esta coyuntura se vio una fuerte actividad del Estado nacional para enfrentar la pandemia con medidas que han tenido el triple objetivo de atender las necesidades del sistema de salud, ofrecer cierto grado de protección social, cuidar el empleo y dar continuidad de las empresas y, por último, asistir a las alicaídas arcas provinciales.
De acuerdo al documento “Las cuentas de la Administración Pública Nacional en tiempos de Covid-19”, elaborado por el economista José Gasparín, investigador asociado del Programa de Gestión Pública de CIPPEC, entre marzo y mayo la caída de la recaudación fue de 25% interanual, mientras que el gasto creció 20% interanual para el mismo período.
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Eso deterioró el resultado fiscal alcanzando un déficit de $890.000 millones de pesos y rondando el 3% del PBI en lo que va del año.
Con los mercados cerrados por la renegociación de la deuda, el Banco Central tuvo un rol central en el financiamiento del tesoro nacional: desde marzo hasta fines de mayo las transferencias de utilidades y adelantos transitorios del BCRA a la Administración Pública Nacional totalizaron los $800.000 millones de pesos.
“Las cuentas públicas muestran el activismo del Estado nacional para enfrentar la pandemia, pero al mismo tiempo ha expuesto aún más nuestras debilidades en materia fiscal”, explica Gasparín.
De acuerdo al estudio del Cippec, el desplome de la actividad económica mostr desde marzo, la mayor parte de la caída en los ingresos de la Administración Pública Nacional. "En los tres últimos meses la recaudación cayó anualmente un 25% en términos reales, pero en mayo alcanzó el 36% anual. La caída en los recursos tributarios explicó el 60% de la pérdida de los ingresos. A su vez, los aportes y contribuciones a la seguridad social cayeron un 20% para el mismo período, explicando el 25% de la caída en los ingresos del Estado.
El informe del Cippec indica que la ejecución del gasto se aceleró fuertemente con el inicio de la pandemia.
"Desde marzo la ejecución aumentó un 20% para, luego, alcanzar el 32% en mayo. Este crecimiento estuvo explicado, principalmente, por las transferencias destinadas a atender las necesidades del sistema de salud, ofrecer cierto grado de protección social, cuidar el empleo y dar continuidad de las empresas y, por último, asistir a las tesorerías provinciales", indicaron.
LR