El Gobierno, a través de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), que encabeza Martín Sabbatella, entregó desde octubre pasado 38 canales de TV que, de acuerdo con lo que advierten fuentes del mercado, en su mayoría fueron adjudicados en condiciones “laxas” a simpatizantes del oficialismo.
Los cuestionamientos a la entrega de estos permisos no sólo preocupan a las principales empresas del sector: el gremio que nuclea a los trabajadores de televisión tiene certezas de que estas emisoras no cumplen con las condiciones mínimas de empleabilidad.
Además, sólo emiten seis horas por día, cuando la nueva Ley de Medios establecía que las teleemisoras de baja potencia deben emitir durante 14 horas.
“Mediante un régimen que acomodaron a su antojo, les permiten a estos canales producir sólo dos horas de programación propia, cuando al resto se le pide seis”, explicó Gerardo Milman, director de la Afsca por la oposición.
El 9 de octubre de 2013, la Afsca resolvió la entrega de las primeras veinte licencias, 13 de las cuales se distribuyeron en la provincia de Buenos Aires. Una de ellas, en la estratégica ciudad de La Plata.
La ventaja para estos licenciatarios es que, aun con un permiso precario de emitir en “baja potencia”, la Ley de Medios obliga a los cableoperadores locales a ponerlos en su grilla, “lo que en términos prácticos, dada la alta penetración de la televisión paga en la Argentina, significa que el alcance que pueden lograr es igual al de un canal como Telefe”, explicó un experto del sector.
Por ejemplo, Somos La Plata, Berisso y Ensenada, de Cablevisión, compite con el doble de cargas de producción propia respecto de los nuevos canales, por la misma torta publicitaria local, que en 80% proviene de los presupuestos de los intendentes, en este caso, dos del oficialista Frente para la Victoria y uno, el de La Plata, escurridizo para el oficialismo nacional.
El 6 de diciembre pasado, la “preocupación” de los principales canales abiertos del país se hizo oficial: la Asociación de Teledifusoras Argentinas (ATA) le presentó a Sabbatella una “manifestación”, en la que cuestiona las asimetrías en el negocio para competir con los nuevos canales y recalca que no hubo concurso para la distribución de los permisos.
Milman y el otro director por la oposición, Marcelo Stubrin, habían dado su voto negativo a la entrega de licencias: “la Afsca carece de facultades para otorgar licencias sin concurso público, abierto y permanente”. La misma respuesta la dieron en las reuniones de directorio en las que se entregaron otras 18 licencias.
Para la autoridad regulatoria de los medios: “La Afsca no está adjudicando licencias a servicios de televisión. Lo que está haciendo es otorgar un reconocimiento provisorio, en el marco del cumplimiento de la Resolución Nº 0003-Afsca/09, a aquellos servicios de televisión abierta que se encuentran operativos, hasta que se llame a concurso público. Mientras, en paralelo, esta autoridad se encuentra trabajando en la planificación de televisión digital y elaboración del plan técnico para el llamado a concurso público de los servicios de televisión”.
Otro cuestionamiento se oficializó el 30 de diciembre. Fue del sindicato Satsaid, que le pidió a la Afsca que “los adjudicatarios de las autorizaciones precarias acrediten el libre deuda de sus compromisos patronales para cumplir con los artículos 24 y 25 de la Ley de Medios” y que rectifiquen los mínimos de producción propia, obviamente a la suba. Hasta el momento, no tuvo respuesta. Así lo confirmó Gustavo Bellingeri, secretario gremial del Satsaid. Aunque no brindó cifras concretas, aseguró que “son muchos los canales nuevos que no tienen a su personal regularizado”.
Consultadas sobre este punto, fuentes de la Afsca explicaron que la actuación “entró al área Directorio, fue derivada a la Dirección Nacional de Relaciones Institucionales y Comunitarias y actualmente se encuentra en análisis en la Dirección Nacional de Gestión, Administración y Desarrollo de Servicios Audiovisuales, a cargo de Daniel Larrache”