El Gobierno podría poner en marcha durante el primer cuatrimestre de 2008 un plan que intentaría abandonar tres años de crecimiento del consumo y poder destinar así parte de los ahorros a la inversión productiva.
Según un análisis surgido en una reunión que la semana pasada tuvo el futuro ministro de Economía, Martín Lousteau, y el presidente del Banco Central, Martín Redrado existe la necesidad de ofrecer a las empresas créditos a largo plazo.
Otro punto en común radica en que la escasa propensión al ahorro, conjugada con los aumentos salariales de los últimos años, introdujo una presión en exceso sobre el crecimiento de la economía que derivó en los picos inflacionarios.
Con este panorama, y de acuerdo con lo que trascendió en el sistema financiero, se estaría evaluando un conjunto de medidas, a las que accedió PERFIL, para desestimular el crédito al consumo, principal actividad a la que se abocaron los bancos en los últimos años.
Entre el paquete disposiciones que se pondrían en marcha durante el mandato de Cristina Fernández de Kirchner, se encuentra el desestímulo a los créditos al consumo y el estímulo a los préstamos de largo plazo.
Además, se intentaría dar facilidades para créditos a menores tasas, más específicamente a los hipotecarios y se defendería una tasa de interés que, al llegar al público, ofrezca rendimientos positivos en instrumentos como los plazos fijos, que actualmente se ubican en el 10 por ciento.