Una vez más quedó demostrado en la 128ª edición de nuestra exposición ganadera el gran esfuerzo de nuestros productores porque hemos visto, como ocurre cada año, la mejor genética elegida en las especies expuestas, y como es tradición, en las razas bovinas que marcan tendencias.
Se eligieron los futuros padres de cada raza obedeciendo a la selección que hacen los criadores para adaptar sus características a los diferentes lugares del país.
Más allá de la situación que vive la ganadería nacional, ésta es la genética que vamos a necesitar cuando cambien las reglas de juego, cuando se vuelva a exportar carne y así se pueda agrandar, de una manera categórica, el rodeo nacional para regresar a los sesenta o setenta millones de cabezas de ganado vacuno que deberíamos tener. Y toda esta genética se prepara para ese momento.
El sector privado está preparado por eficiencia, investigación e inversión para enfrentar nuevos desafíos, pero será necesario que el próximo gobierno se ponga a la altura de la eficiencia y de lo que significa la agroindustria local en el concierto mundial.
Necesitamos, entonces, un sector público que conozca la realidad agroalimentaria mundial, que sepa el potencial que tiene el país para que podamos expresarlo en beneficio de todas las provincias que tengan producción agropecuaria, de sus pobladores, para fomentar el arraigo, de modo que la gente pueda crecer en sus lugares y no emigrar a los grandes centros de pobreza. Además, cumplir con el rol que tenemos como país productor mundial de alimentos que podemos abastecer en calidad y cantidad suficiente.
Para ello, los productores agropecuarios tenemos que saber transmitir al gobierno que venga cuáles son nuestras necesidades. Necesitamos que quienes se postulen a la presidencia para el año que viene digan claramente qué van a hacer con la ganadería. Porque en marzo de 2016 no podrán ver el fruto de sus políticas ya que los cuatro primeros años de período constitucional los van a destinar a los preparativos.
En cambio, si las cuatro fuerzas políticas que piensan competir en las elecciones del año que viene anunciaran que se podrá exportar carne o que van a sacar las retenciones, hoy el productor podría decidir guardar una ternera y vería el fruto de ese cambio de política.
Otro tanto ocurre con los cereales. Si antes de marzo del año que viene dijesen que sacarán los ROE para la exportación de trigo, permitiendo así la libre comercialización en el mercado internacional en vez de sembrar 3,5 millones de hectáreas como se hizo este año, se podrían sumar muchas más y obtener 18 millones de toneladas, como en 2007, cuando se cubrieron seis millones de hectáreas con trigo en el país.
En cuanto a las maquinarias y los stands presentes en la muestra, el número es muy similar al del año pasado, pero cada vez se destacan más los avances tecnológicos. Hemos vistos enfardadoras que producen más rollos por hora e incluso cabezales que mejoran su eficiencia al cosechar el maíz en diagonal y no en forma paralela al surco.
Este año participaron de La Rural de Palermo sesenta fábricas distintas de maquinaria agrícola, dentro del total de unos 500 expositores comerciales. En la parte pecuaria se registraron más de cuatro mil animales expuestos de diferentes especies y razas.
En resumen, se destaca una gran cantidad de innovaciones, a pesar de lo que está sucediendo con el gobierno que tenemos. Hace falta que se entienda la lógica productiva de nuestro país, que marca tendencia mundial. Argentina en el campo es del Primer Mundo, y eso es lo que debe entender el sector público.
*Presidente de la SRA.