ECONOMIA
CRUCES POR LA PAZ CAMBIARIA

Fábrega ve a River mientras Vanoli aprovecha el swap chino que le dejó

A tres meses de salir del BCRA, alterna entre su platea riverplatense con negocios vitivinícolas en Mendoza. En silencio, se considera retirado hasta el año que viene.

CLASICO. El día del triunfo 1-0 a Boca, PERFIL encontró al ex titular del Banco Central en el anillo del Monumental con su esposa.
| Pablo Cuarterolo
Aunque ya no está en la conducción económica, esta semana el nombre de Juan Carlos Fábrega volvió a aparecer cerca del Banco Central. “Pregúntenle a Fábrega”, dijo en el Senado su sucesor al frente del ente momentario, Alejandro Vanoli, cuando para negar por enésima vez una posible variación en el tipo de cambio aseguró que no se hacía cargo de lo sucedido en enero, cuando el dólar saltaba de 6,80 a más de $ 8.
Pero también, Fábrega es el hombre que le puso el gancho entre julio y agosto al canje de monedas con china por hasta US$ 11 mil millones, que le viene permitiendo a la nueva gestión –tras la activación de tres tramos– llegar a fin de año con reservas internacionales por encima de los US$ 30 mil millones.
Quien quisiera preguntarle al mendocino por aquellos días o por el usufructo que el Central hoy hace de aquellas medidas, hoy no obtendría respuestas. Fábrega ha ordenado a todo su entorno rechazar pedidos de entrevistas y evitar comentarios, así como también evitó cualquier tipo de declaración de su hermano Rubén Cleofas, señalado desde el Gobierno como un hombre que operaba en el mercado paralelo de divisas.
Lejos del ruido, Fábrega estuvo hasta hace dos semanas de vacaciones, y al regresar se mostró en la platea San Martín del Estadio Monumental de Núñez, donde tiene abono hace más de 20 años. Allí, PERFIL lo fotografió recorriendo con su esposa el anillo del Monumental, detenido frente a los trofeos.
El mendocino, considerado por los banqueros “uno de ellos” y por el establishment en general como “el ala racional” que compensaba el tándem más heterodoxo con el ministro Axel Kicillof, aún no ha definido cómo se reinsertará en la actividad financiera en 2015. Hay cargos que en la banca no puede ocupar, se lamentan en varias entidades, porque la regulación se lo impide a quien condujo el BCRA. Pero tampoco tiene claro si se animará a trabajar en el equipo económico de alguna fuerza política a medida que se acerquen las elecciones.
Por lo pronto, está abocado a sus tres emprendimientos vitivinícolas en Mendoza. Si bien ninguno es de más de 6 hectáreas, le insumen algo de tiempo, aunque no tanto como cuando entraba a las 8 al Banco Central y se iba cerca de la noche, muchas veces tras hablar por teléfono con la presidenta Cristina Kirchner y darle su impresión sobre el devenir de la economía.
Se muestra tranquilo ante posibles sorpresas judiciales. Cree que “los carpetazos” ya se los tiraron antes de irse y por cadena nacional, cuando la propia presidenta Cristina Kirchner sugirió que el órgano que comandaba entregaba datos a cuevas. Aunque nunca se sabe, lo da por superado. No habla, y se dedica de lleno a la vida familiar. Hoy es probable que se lo vea en una iglesia de Mendoza: se casa uno de sus hijos.