La balanza comercial de julio dejó una nueva caída de las exportaciones, del 9% (US$ 6.723 millones), y una baja más pronunciada de las importaciones, del 16% (US$ 5.920 millones), contra el mismo mes del año anterior. Las caídas se explicaron por la menor venta de autos y cereales, que no llegaron a ser compensadas por las exportaciones de soja. Por el lado de las compras al mundo, los mayores derrumbes se explicaron por la menor actividad en la industria y las restricciones comerciales: los autos cayeron 62%, las compras de piezas para bienes de capital 26%, las de maquinarias 16% y los bienes de consumo, por su parte, también descendieron 17%. La mayor baja de las compras permitió que el saldo comercial del mes creciera 114% hasta US$ 803 millones, pero los dólares que entran por la vía comercial siguen siendo menos que el año pasado. La caída en el saldo acumulado de la balanza alcanza el 19%, hasta un total de US$ 4.487 millones. “Vamos a defender a rajatabla el superávit de la balanza comercial”, aseguró el jueves Cristina Fernández en su discurso ante el establishment financiero local en la Bolsa de Comercio. Esta es, por el momento, la única vía de ingreso de dólares para el país, en medio de una negociación dilatada con los fondos buitre y sin perspectivas de inversión extranjera en el corto plazo. Cristina abundó en hipótesis de lo que hubiera sido si las políticas energéticas hubiesen sido otras y dio cuenta de la pérdida de divisas por la importación de combustible. Según los datos que publicó ayer el Indec, el déficit energético se agravó en siete meses y pasó a ser de US$ 4.220 millones, 300 millones más que en el mismo período del año anterior, con importaciones estables y 15% menos de exportaciones. “La fuerte caída de las importaciones compensó la contracción de las ventas externas”, señaló un informe de la consultora Abeceb, del ex secretario de Industria Dante Sica. Con la baja de los dos lados de la balanza, el comercio total de la Argentina cayó 12%. Entre los proveedores más afectados, el primero sigue siendo Brasil, con una baja del 31% de lo que la Argentina le compra. En medio de las reuniones entre el Gobierno y empresarios para acercar posiciones por la Ley de Abastecimiento, la Unión Industrial reclamó el jueves por las demoras para importar insumos, además de las deudas del Banco Central por importaciones que llegaron a los US$ 4 mil millones. El cuadro de retracción comercial llevó a Abeceb a estimar que el saldo comercial podría cerrar 2014 en US$ 7 mil millones, 12% menos que el año anterior. “La complicada situación que atraviesa el país en el frente externo limita la capacidad de liberar divisas para importar”, indicó el análisis de la consultora de Sica.
