La cadena de electrodomésticos Garbarino enfrenta una grave crisis financiera. En diálogo con Perfil.com, fuentes de la compañía informaron que se adeuda el pago de sueldos de empleados y otros pagos estructurales. Si bien el monto no fue confirmado, se habla de que la firma acumula deudas por más de $ 4.600 millones.
“Desde que Rosales adquirió Garbarino hasta marzo de este año la firma había comenzado a recuperarse”, aseguró un vocero. Sin embargo, la segunda ola y las nuevas restricciones impuestas por el Gobierno echaron por tierra todo el progreso. “En abril las ventas se demoraron un 60 %, en mayo lo hicieron un 75% y, aunque todavía no están los números, en junio el panorama sería igual de malo”, explicaron desde la compañía.
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Además, declararon que, en estos momentos, hay una deuda por parte de la Ciudad de Buenos Aires hacia la firma de alrededor de $ 440 millones que de regularizarse se utilizará para el pago de deudas.
Ante este panorama, Carlos Rosales, dueño de la cadena, busca opciones para sumar inversores. El primero en presentar una oferta fue Facundo Prado, propietario de la firma de telecomunicaciones Supercanal Arlink. Si bien hubo tratativas, el acuerdo no llegó a buen puerto. “No se aceptó la oferta por inconsistente. No había ningún aval que ratificara la propuesta”, aseguraron desde Garbarino.
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Pese al revés sufrido, Rosales tendría dos propuestas nuevas que estaría considerando, aunque no trascendieron los nombre de los ofertantes. Asimismo, fuentes cercanas aseguraron que la idea es solamente vender una parte del paquete accionario y no desvincularse de la empresa por completo.
En cuanto al cierre de locales, la misma fuente le comentó a Perfil.com que “hay algunos que están cerrados momentáneamente porque se interpreta que hay un riesgo para la integridad física de las personas, los bienes o el mobiliario”. “Una vez que se regularice la situación, se decidirá cómo seguirán las operaciones”, concluyó.
RM
