“Ni piensa en renunciar” es la frase que más cotiza para definir las horas que atraviesa el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien además visitaría hoy Olivos para reunirse con el presidente Alberto Fernández, a su regreso de Chile.
Sería el primer encuentro presencial de ambos luego de la aprobación por parte de la Cámara de Diputados del acuerdo con el FMI. Esa aprobación se ganó el respaldo del Grupo de los Seis (que agrupa a los dirigentes empresarios de la industria, el comercio, el campo, la Bolsa, los bancos y la construcción” y que difundieron un comunicado sosteniendo que “refinanciar la deuda con el FMI es un paso importante en pos del acceso al crédito nacional e internacional para promover la inversión privada”. También el economista Joseph Stiglitz, mentor de Guzmán, celebró la aprobación.
Fue un mensaje de claro apoyo al titular del Palacio de Hacienda, quien estaba en Houston cuando se debatía la letra chica del acuerdo que logró los votos para avalar la renegociación pero no para ratificar el plan económico que Guzmán escribió de puño y letra.
De hecho, esa derrota política puso nuevamente al ministro en la zona de incomodidad. Ayer circularon muy fuerte otra vez versiones sobre su renuncia y hasta hubo, también otra vez, danza de nombres. Entre los que más rankean estuvo el de Martín Redrado, hombre muy cercano al titular de Diputados, Sergio Massa, quien habría rechazado el ofrecimiento; es decir que alguien “lo sondeó”.
Guzmán siguió el minuto a minuto del revés político desde los Estados Unidos, donde viajó por solo 48 horas a disertar en un seminario energético. Dicen que se subió al avión con la venia presidencial y que allí intentó gestionar mejores condiciones para importar gas, un recurso carísimo en el mundo desde antes de la guerra en Europa pero que ahora se encarecerá y escaseará.
En el Palacio de Hacienda dicen que Guzmán tenía una agenda previamente pisada y muchas otras reuniones que finalmente decidió reprogramar. Un viaje del que se conocieron muy pocos resultados concretos, al menos hasta ahora, y al que asistió junto con el secretario de Energía, Darío Martínez; la secretaria legal y administrativa, Rita Tanuz; y la secretaria de Asuntos Económicos y Financieros Internacionales, Maia Colodenco.
El ministro, quien se siente muy respaldado por el Presidente, lo visitaría este fin de semana en Olivos para apuntalar, según trascendió, la defensa del acuerdo con el FMI que deberá hacer a partir del lunes, esta vez en la Cámara de Senadores, un territorio más rugoso para gestionar el número que el oficialismo necesita para ratificar el apoyo. Es una cámara bajo el control político de la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien desde el comienzo retaceó su apoyo a este acuerdo, como así también al propio Guzmán. La vicepresidenta y el ministro de Economía no hablan desde hace muchísimo tiempo. Sin embargo, Cristina Kirchner sí consulta permanentemente los alcances de este acuerdo, con otros economistas, quienes hoy no integran el gabinete.