ECONOMIA
BOLSILLOS ESTRESADOS

Hábitos: packs en los mayoristas y fraccionado en el almacén

Por la pérdida del poder adquisitivo, muchas familias volvieron a antiguas costumbres, típicas de momentos de crisis económica. Por ejemplo, juntarse para comprar en cantidad extensos paquetes en distribuidoras grandes, pero también recurrir al almacenero de cercanía para adquirir raciones más pequeñas y pedir fiado.

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Por la inflación y la pérdida de poder adquisitivo bajaron las ventas en pequeños comercios y crecieron, en relación, las compras en grandes cadenas. Pero, además de buscar ofertas y promociones, los consumidores tratan de ganarle a la suba de precios con otras estrategias, como la compra por packs en mayoristas. Clientes y distribuidoras le contaron a PERFIL cómo son los nuevos hábitos de consumo.

Patricia Muñoz tiene una familia numerosa, y desde hace algunos meses comenzó a ir a los mayoristas junto con sus hijas, para tratar de amortiguar el alza en los precios. “Tengo muchos hijos, cada uno tiene su familia y nos resulta más económico comprar en una distribuidora mayorista”.

Según un relevamiento de PERFIL, un paquete de azúcar se puede encontrar desde los $ 503,89 por kilo en un mayorista, mientras el paquete más barato se encuentra a $ 619 en un supermercado. Pasa lo mismo con otros productos como el aceite de girasol por 900cc ($ 503,89 en el mayorista y desde $ 592,69 en las cadenas) y las harinas, que se consiguen por kilo desde $ 162,29 en las distribuidoras y a partir de los $ 203,04 en supermercados, si es que se encuentran ofertas.

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El azúcar cuesta desde $503,89 en un mayorista y no menos de $ 619 en un súper

“Generalmente compramos por packs y dividimos, siempre dependiendo de las necesidades de cada uno”, agregó Muñoz. En cuanto a los productos que más se compran son variados, “vamos haciendo el recorrido y viendo lo que conviene, siempre por una cuestión de ahorro”.

Silvina Della Norte es docente, y aprovecha las compras en mayoristas para abastecerse en su casa y para tener mercadería para llevar al trabajo. “Compro sobre todo productos de limpieza y fideos”. También hace las compras cuando hay ofertas para la merienda, ya que vive con su hija de 6 años. “A veces traigo un paquete grande con varias bolsas de azúcar o yerba, me sirve más así”.

Para una merienda los precios también difieren: galletitas tipo crackers por tres se consiguen desde $ 302,29 en un mayorista y desde $ 364 en supermercados. En cuanto a la leche, por ejemplo, se encuentra más variedad y la diferencia es menor: desde $ 357 en distribuidoras y $ 359 en supermercados, siempre y cuando haya promociones.

En algunos casos la compra en mayoristas es de larga data. Carmen Herrera lo hace desde hace al menos seis años. “Compramos para amortizar gastos en las compras de la semana. Y así compartimos entre dos o tres familias”. En su caso hay integrantes de todas las edades, por lo que los pedidos suelen ser variados. “Compramos sobre todo fideos, yerba, pañales, sodas, aceite en aerosol, arvejas, papel higiénico, galletas para los niños, servilletas y quesos”.

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Si bien Herrera aseguró que “se siente el ahorro” agregó que esto se percibe cada vez menos. “No alcanza para las mismas cosas que hace un año”.

Algunos hábitos, para quienes estaban acostumbrados a comprar en mayoristas, también variaron con la inflación. “Sucedía más antes lo de la compra por pack, pero lo que está pasando ahora es que el poder adquisitivo de la gente bajó bastante”, aseguró a PERFIL el gerente de una cadena mayorista que tiene sucursales en diferentes puntos del país. Hoy comprar en pack, para algunos consumidores que antes lo hacían, se vuelve imposible.

“Eso cambió, sobre todo en estos dos últimos meses. La gente compra también por unidades, porque con lo que tiene puede comprar más variedad”.

Desde los comercios notan cambios en los hábitos de los consumidores, no solamente en la cantidad sino en los productos que se llevan. “Otra cosa que se dejó de comprar son los quesos. No lo vendemos ni cortando la horma en cuatro”.