Por las trabas a la compra de moneda extranjera y el incremento del dólar en el mercado paralelo, el tradicional balneario uruguayo de Punta del Este, atraviesa una temporada difícil: hay menos visitantes argentinos y los empresarios turísticos tienen pánico por lo que prevén como una muy floja segunda quincena de enero. El movimiento, en cambio, no cesa en los bancos del Uruguay, donde aumentan los depósitos de “no residentes”, léase, argentinos que duermen más tranquilos si sus ahorros descansan del otro lado del charco.
Según un relevamiento en hoteles, comercios y agencias de turismo, PERFIL pudo comprobar que a fuerza del cepo cambiario este año cambió el veraneo en esa zona de la costa oriental: hay viajes más cortos, desapareció la clase media, salvo los fines de semana, y la clientela, compuesta por los sectores de mayor poder adquisitivo de la Argentina, viven con la tarjeta de crédito en la mano.
En 2012, ingresaron al Uruguay un total de 2,9 millones de turistas, de los cuales, más de 1,8 millones fueron de origen argentino, según datos del Ministerio de Turismo y la Dirección de Migraciones del Uruguay. En diciembre, comienzo de la temporada, Uruguay recibió 215.709 argentinos, 7,4% menos que en 2011, cuando habían cruzado unas 232.969 personas. Las cifras oficiales de la primera quincena de enero estarán recién para el veinte de este mes, pero estimaciones preliminares calculan que visitarán Uruguay en 2013 unos 90 mil argentinos menos que el año pasado.