Justo cuando comienza el 113º Campeonato Argentino Abierto de Polo –desde el 18 hasta el 9 de
diciembre, en Palermo-,
el deporte de elite está bajo la lupa. La Aduana inició una
investigación porque sospecha que
las exportaciones de caballos de polo desde la Argentina son
declaradas a valores irrisorios con el fin de pagar menos impuestos en concepto de derechos de
exportación (retenciones) y en ganancias.
Son al menos cinco las empresas que concentran el grueso de las
operaciones dudosas, según reveló la revista
NOTICIAS en la última edición. Una de las firmas
involucradas es
EQUUStrade S.A., que pertenece el ex polista
Horacio Laprida y su mujer, la
“trilliza de oro”, María Eugenia Fernández
Rousse.
En la investigación, ahora encabezada por la AFIP,
se detectaron subdeclaraciones
-animales a U$S 500 dólares cuyo valor real sería de U$S
15.000- y operaciones de triangulación, como por ejemplo, ventas de caballos a Francia por
U$S 2.000, que fueron en cuestión de días
reexportados a Inglaterra por una cifra hasta 10 veces
superior.
“Nuestra empresa es sólo transportista.
Gestionamos la factura, pero le colocamos el valor que nos indican
los exportadores o importadores”, se defendió Laprida.
El fisco tiene previsto avanzar sobre las diversas actividades
ligadas con el negocio del polo: desde la comercialización de embriones hasta los torneos de
patrones, eventos en que millonarios del extranjero pagan fortunas para codearse en el campo con
los jugadores argentinos de más alto handicup.