Crédito productivo, asistencia impositiva para pymes, compensación de impuestos, baja de las tasas financieras, excepción de retenciones a las exportaciones nuevas o en crecimiento, tarifas energéticas especiales y levantamiento de embargos de AFIP son algunos de los 35 puntos que la Unión Industrial Argentina (UIA) analizará el martes en su reunión de junta directiva antes de presentarlos al Gobierno.
Algunos funcionarios tuvieron una vista previa, como Mariano Mayer, el secretario pyme con el que se reunió un grupo de industriales que forma parte del Consejo Pyme de la UIA el jueves. Dante Sica estaba en Brasil, en un encuentro con el futuro canciller de Jair Bolsonaro, Ernesto Fraga Araujo.
Los 35 puntos del plan fabril se dividen en seis ejes: energía, comercio, mercado interno, financiamiento, fiscal y ley pyme. “Algunos puntos son para la coyuntura pero otros, de más largo plazo”, explicó a PERFIL Miguel Acevedo, presidente de la UIA.
El jueves, en la inauguración de una muestra de arte en la sede de Avenida de Mayo de la entidad industrial, no había consenso sobre cuándo empezará la recuperación económica. Los más optimistas hablaban de marzo. Otros estiraban la espera hasta junio o más. “Hay una cuestión de expectativas para el año que viene pero hay que ver si rebota. Antes se hablaba de los brotes verdes. Esperemos que esto no sea lo mismo”, señalaron.
Según los datos del Indec, en octubre la industria cayó 6,8% interanual y acumula seis meses consecutivos de contracción. En el acumulado anual tiene una baja de 2,5% y se mantiene por debajo de los niveles de 2016. Solo dos de los doce rubros medidos mostraron una suba en el décimo mes del año.
La reunión del martes con las cámaras de las provincias promete ser álgida. A contramano de la tesis oficial, donde el Gobierno prevé que la recuperación “llegará del interior”, de la mano del campo, la industria marca que hay muchas fábricas golpeadas en las provincias.
“Vamos a escucharnos y ver qué se puede presentar”, dijo el salteño José Urtubey, de Celulosa Argentina, para quien el año próximo, con proyecciones también a la baja, la repercusión en la industria será inevitable. “Hay que encarar lo tributario este año y no en 2020 como plantea el Presupuesto. Y también que baje la tasa. Que baje a 58% no es suficiente. Se necesita mucho más”, remarcó.
“Estamos viendo un cierre de año muy difícil”, explicó Martín Rappallini, presidente de la bonaerense Uipba, que participó de la reunión con Mayer.
“Las exportaciones están estancadas hace diez años y ahora hay que romper una inercia”, ejemplificó, y detalló la propuesta para que “lo que exceda el nivel actual de exportaciones quede exento” para no perjudicar la recaudación prevista.
“Hay medidas que estamos pensando para la coyuntura. A partir del año que viene, cuando la economía se empiece a mover, hay que empezar a pensar un nuevo país, para que se desarrollen las empresas”, indicó. Según datos del Observatorio Pyme, el 80% de las empresas con menos de diez personas están en la informalidad. “El problema es que el pyme chico decide entre vivir y pagar impuestos”, señaló Rappallini.
Al Congreso. Esta semana, un grupo de pymes que considera que no tuvo respuesta del Ejecutivo fue al Congreso con un petitorio de ocho puntos, que incluían medidas como la suspensión por 180 días de todos los embargos AFIP y el compromiso de los legisladores para tratar la reforma tributaria.
El documento entregado a diputados de la oposición fue elaborado por Fundación Pro Tejer, Industriales Pymes Argentinos (IPA), la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), la Cámara de Pymes Proveedoras de la Industria de las Telecomunicaciones (Cappitel), y la Central de Entidades de Empresarios Nacionales (CEEN). A eso sumaron moratorias para pymes, beneficios impositivos, financiamiento a tasas subsidiadas, “del 20% para capital de trabajo” y retrotraer las tarifas energéticas a diciembre de 2017.
Estas agrupaciones pidieron que se incorpore a todos los rubros pyme a una medida que baja las contribuciones patronales en $ 12 mil para marroquinería, calzado, textil e indumentaria, entre otros puntos.
Aun con el bono, el salario mantiene la pérdida real
Entre el 66 y el 70% de las empresas terminarán otorgando el bono de fin de año de $ 5 mil acordado entre cámaras, gremios y Gobierno. Así lo señalan dos encuestas de esta semana sobre la intención de grandes firmas para sus empleados en blanco. Pero el bono sigue sin recomponer la pérdida de poder adquisitivo para el sector registrado, mientras que mantiene la incertidumbre sobre el casi 40% de la fuerza laboral del país no registrada.
Una encuesta de Mercer entre 300 empresas líderes marcó que el 69% pagará el bono en un solo pago. De acuerdo con un sondeo de Willis Towers Watson, el 66% de las firmas pagará el bono mientras que un 23% todavía lo está definiendo y el resto ya decidió no pagarlo.
Al presentar el bono, el ministro de Producción, Dante Sica, dijo que era obligatorio para el sector privado. Luego se habilitó la opción de hacerlo en cuotas. El incremento del salario promedio entre septiembre del año pasado e igual mes del corriente año fue del 25,4%, mientras que el aumento en el Indice de Precios al Consumidor en igual período fue del 40,5%, una pérdida del salario real del 11%. “Ello implica que, si bien el bono anunciado permitiría volver a niveles equivalentes a los de mayo de 2016, el salario promedio estaría por debajo del alcanzado en septiembre de 2017”, señala Víctor Beker, del Centro de Estudios de la Universidad de Belgrano.
Mientras los empresarios reclaman medidas para reactivar el mercado interno, la Universidad Católica Argentina (UCA) dará a conocer esta semana su medición de pobreza, que seguirá por arriba del 30%.