A dos días de la difusión oficial de la inflación de marzo, la cual se habría ubicado en el 4,2 por ciento, diversos especialistas advirtieron que la evolución de los precios al consumidor de abril también será un “dolor de cabeza” para el Gobierno, al estimar que la misma mostrará un alza que oscilará entre el 3,6 y el 4,1 por ciento.
La espiral inflacionaria en la cual ingresó el país a partir de diciembre parece no evidenciar ninguna señal de cambio de tendencia, a pesar que el Ejecutivo viene “atrasando” con mucho esfuerzo el tipo de cambio y estirando “hacia delante” los ajustes de tarifas de servicios públicos.
En ese sentido, Guido Lorenzo, de la consultora LCG, recalcó que “nosotros tenemos que en marzo la suba de precios fue entre 4,3 y 4,5 por ciento, lo cual deja un arrastre importante para abril”.
“Pero ya en la última semana tuvimos un aumento de precios en los alimentos del 1,3 por ciento, una cifra muy elevada sin dudas”, recalcó Lorenzo, quien estimó que la inflación de abril va a estar en un nivel muy similar al de marzo, alrededor de un cuatro por ciento.
Lejos de la meta del 29%, advierten que en 2021 la inflación podría superar el 50% anual
“Hay que tener en cuenta que se vienen postergando hacia delante muchos aumentos, pero aún así, va a ser muy difícil que se tenga una desaceleración en los precios. El dato crudo y real es que la inflación núcleo sigue muy elevada”, recalcó el especialista.
La inflación núcleo o subyacente es aquella que no toma en cuenta ni los costos energéticos ni el valor de los alimentos sin elaborar.
Precisamente en febrero, con una inflación total del país del 3,6%, la núcleo se ubicó en 4,1%.
En sintonía con la apreciación de Lorenzo, el economista Fausto Spotorno, de la consultora Orlando Ferreres, también anticipó que la inflación de abril se ubicará entre 3,6 y 4,0 por ciento.
“Los alimentos siguen mostrando un fuerte incremento y eso impacta muy duro en la inflación y en el poder adquisitivo. También se van a venir otros ajustes para fin de mes, como el combustible”, recalcó Spotorno.
Hay que recordar que estaba previsto para comienzos de abril una suba del 6 o 7 por ciento en las naftas, la cual se traslado para fin de mes, con el objetivo de atenuar el fuerte aumento de los precios en los rubros que conforman el índice de precios al consumidor.
Spotorno consideró que en la primera mitad de este año ya se va a tener gran parte de la inflación del 29 por ciento calculado por el Gobierno para todo 2021.
Cuáles son los aumentos que vienen
Con este panorama, los especialistas consideran que la inflación de todo el año se ubicará en un piso de un 45 por ciento, pero que la cifra real cada vez se acerca más a un 50 por ciento.
Por otra parte, en mayo y junio habrá un cierto impacto de un ajuste acotado en los valores del gas y la electricidad.
En el caso del gas, el Gobierno dispondrá en mayo una suba en las tarifas de gas para los hogares de entre 6% y 7%, y del 4% para las pequeñas y medianas empresas.
En mayo aumentarán también las tarifas de transporte y distribución de gas por redes, confirmó el interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), Federico Bernal.
El funcionario dijo que "la suba permitirá recomponer ingresos a transportistas y distribuidoras, pero no traslada el nuevo precio en dólares por el Plan Gas y son tarifas justas, razonables y asequibles".
El informe privado que habla de la "Inflación rebelde"
Con este horizonte, algunas entidades han advertido sobre el concepto de “inflación rebelde”. En ese sentido, la Fundación Mediterranea advirtió que una política de gasto público más consistente con la "tablita cambiaria" sería imprescindible para reducir el "rebelde" nivel de inflación.
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Según la entidad, todo indica que la inflación de marzo seguirá en el andarivel del 4 % mensual en el que se instaló desde octubre, pese a que, desde principios de febrero, comenzó a frenarse la tasa de devaluación, tanto que para este abril el dólar en el mercado oficial subiría 1,5 pesos, sólo el 1,63 % mensual.
"Se trata de un plan antiinflacionario de bajo perfil, que no ha provisto horizonte acerca de la política fiscal y monetaria de próximos trimestres, ni balizas nítidas para la población en general, cuyas expectativas de inflación están en el 46,3 % anual", evaluó el reporte.
Para la Fundación Mediterránea, la "rebeldía" de la inflación en parte se explica por noticias positivas, ya que el Banco Central está emitiendo más pesos para comprar dólares en el mercado oficial y hay una liquidación de cosecha que apunta a generar un superávit comercial promedio de 1,6 mil millones de dólares/mes entre marzo y agosto.
Además, destacó que los indicadores de nivel de actividad comienzan a mostrar un rebote más intenso, caso de la recaudación de impuestos asociados al mercado interno, que registró un fuerte incremento de 14,9 % interanual en marzo, pasando a terreno positivo en la comparación con marzo de 2019.
"El Gobierno podría hacer más para encauzar la tasa de inflación de aquí en más, pero tendría que comprometerse políticamente en la contención del gasto público", consideró la entidad.
De cara a 2021, y si no se recorta lo suficiente el déficit fiscal, la Fundación Mediterránea consideró que el endeudamiento del Banco Central (Leliq y pases) "se acercará a límites riesgosos, tanto medido en relación a la base monetaria como a los depósitos bancarios, en un contexto de preocupante acortamiento de los plazos de la operatoria financiera".
"Por lo tanto, una política de gasto público más consistente con la tablita cambiaria sería imprescindible, no sólo para encauzar la inflación, sino también para evitar la acumulación de desequilibrios que, tarde o temprano, habrán de pasar factura a la macro", enfatizó la entidad.
LR