La mayor parte de la gente lo conoce porque su cara aparece cada año en la discusión salarial con los docentes. Pero Hernán Lacunza, el ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires, se ha transformado en una pieza clave para la gobernadora María Eugenia Vidal. No solo porque su trabajo le ha permitido mostrar, como lo hizo hace poco ante empresarios, que el distrito se encamina a un déficit primario cercano a cero, sino por otro rasgo fundamental: lleva su voz a las discusiones económicas a nivel nacional. Sobre todo durante los cada vez más repetidos momentos de inestabilidad y crisis.
De Racing, Lacunza tiene 50 años y un pasado como economista y gerente general del Banco Central durante la gestión de Martín Redrado, entre 2005 y 2010, que lo hacen tener una palabra autorizada durante las turbulencias.
Tal vez por eso, según fuentes de la gobernación, ha participado ya unas cinco veces de la mesa económica de Cambiemos, con especial foco en la política monetaria y cambiaria desde que estalló la crisis financiera en 2018 y que impacta en los precios, y en el humor social especialmente en el Gran Buenos Aires.
Macri se apuntala en Vidal mientras la Rosada se esfuerza por sepultar el Plan V
Es licenciado en Economía de la Universidad de Buenos Aires, con un posgrado en la Universidad Torcuato Di Tella. Quienes lo conocen lo definen como pragmático y de perfil bajo, con una visión crítica del libre flujo de capitales financieros como los que abrazó la Argentina desde que levantó las restricciones al dólar en 2015.
Lacunza se excusó de opinar para esta nota. Pero según pudo reconstruir PERFIL de cerca de la gobernadora, el economista consideraba “inviable” sostener las bandas cambiarias tal como habían sido diseñadas en momentos de semejante incertidumbre política y volatilidad internacional. “Es vivir con el corazón en la boca”, le habría dicho a Vidal y a la conducción económica, dado que mantiene un buen diálogo tanto con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, como con el titular del Banco Central, Guido Sandleris.
Cuando viajó hace dos semanas a Washington a participar de la Asamblea de Primavera del Fondo Monetario Internacional, en aquellos días en los que el staff del organismo defendía en público la libre flotación del tipo de cambio y negaba cualquier cambio, Lacunza hizo llegar su mensaje de preocupación ante quien lo escuchara. Lo mismo en la última semana cuando el dólar saltó y llegó a rozar los 48 pesos.
Su participación era esporádica en la discusión económica nacional, pero con el correr de la crisis empezó a tener más participación. Además, cuentan en el Banco Central que está siguiendo de cerca variables claves a nivel nacional, lo que alienta en el mercado financiero todo tipo de versiones. Que es un “doble comando” de la gobernadora para apuntalar los errores que por dogma, incapacidad y límites del FMI comete el presidente Macri. Que es parte del nunca confirmado “plan V” que puede llevar a un cambio de candidatura a nivel nacional en el oficialismo. O que puede ser la previa a un desembarco nacional si hubiera continuidad después del 10 de diciembre.
El clima externo juega a favor: cedió el dólar y volaron las acciones
Como fuere, Lacunza también desconfía del exceso de transparencia en los movimientos del Banco Central frente a los operadores del mercado cambiario. “Si mostrás mucho las cartas, enseguida te anticipan la jugada”, suele decir en charlas entre pares. Algunos vieron su mano cuando esta semana, de hecho, el ente monetario dejó de publicar la composición de las reservas internacionales, ahora que el organismo las puede usar para defender el tipo de cambio.
Como la voz económica de Vidal, su escritorio bonaerense incluye matices a la mirada nacional. El último de ellos, con los maestros: tras años de dureza, este año ofertó 15% por encima de la inflación.
Gutiérrez, por la recompra de bonos
Cuando la incertidumbre es grande, hasta los petroleros opinan. Ese podría ser el caso detrás de las sugerencias que Miguel Gutiérrez ha intentado hacer llegar a la Casa Rosada durante este año de corrida cambiaria.
Aunque, en rigor, no se podría definir al hoy presidente de YPF como un “petrolero”, ya que su ADN es de financista, pues trabajó durante años en J. P. Morgan.
Con esa experiencia, si bien él lo desmiente, PERFIL pudo confirmar que hizo llegar al presidente Mauricio Macri la idea de realizar una recompra de bonos de deuda en plan de mejorar su cotización y bajar el riesgo país.
Ya el año pasado, en lo peor de la corrida cambiaria, había acercado un paper con veinte sugerencias para contener la inestabilidad financiera. Pero hasta donde se pudo saber, no tuvo eco. Su nueva idea con los títulos está en estudio.
