ECONOMIA
Pasivos remunerados

Las Leliq tienen fecha de defunción: el plan del Gobierno para eliminarlas

El stock de letras de liquidez representa menos del 10% de la deuda del Banco Central. Por qué se redujeron en las últimas semanas y en qué consistió el esquema de Luis Caputo y Santiago Bausili para extinguirlas.

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Tras ser calificadas como una "bomba" económica por parte del presidente Javier Milei, las letras de liquidez (Leliq) que emite el Banco Central de la República Argentina (BCRA) tienen las horas contadas. Por disposición de la autoridad monetaria, dejaron de licitarse y se extinguirán el 11 de enero de 2024.

Fuentes del mercado financiero explicaron que en poco menos de tres semanas tendrá lugar el último vencimiento de Leliq por algo más de $1 billón y, según la propia normativa del BCRA, no se renovarían.

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El plan de Milei y Caputo para "licuar" las Leliq

En efecto, la entidad conducida por Santiago Bausili determinó a principios de esta semana que la tasa de interés de política monetaria migre de las letras a los pases pasivos, que se colocan a un día de plazo y rinden 100% anual, a fin de "racionalizar su esquema de gestión de liquidez".

"Al centralizar sus operaciones en un solo instrumento, y al ser su tasa de política la única tasa de interés de referencia, se busca hacer más clara la señal de política monetaria y fortalecer su transmisión al resto de las tasas de interés de la economía", informaron desde el Central.

El stock actual de Leliq asciende a $2 billones mientras que el acumulado de los pases alcanza los $24 billones. En concreto, las letras de liquidez representan menos del 10% del total de la deuda que el BCRA mantiene con bancos privados y públicos.

Tanto Milei como el ministro de Economía Luis Caputo habían identificado a la "bola" de Leliq, que tocó un máximo de $15 billones en septiembre, como uno de los principales problemas a resolver en términos macroeconómicos.

En sintonía con el titular del Palacio de Hacienda, Bausili aplicó una poda de la tasa de interés de 133% a 100% y, de esta manera, apunta a "licuar" los pasivos del organismo monetario vía inflación. En concreto, que el rendimiento que se le paga a los bancos crezca muy por debajo de los precios de la economía.

El stock de Leliq del Banco Central

Al mismo tiempo, Caputo obtuvo financiamiento en el mercado local por $2,9 billones y busca trasladar la deuda del BCRA al Tesoro Nacional para limpiar el balance, reducir el proceso de emisión monetaria y, en el proceso, sacar pesos de circulación.

Qué son las Leliq y para qué sirven

Este instrumento nació en 2018 cuando Federico Sturzenegger, cerebro del mega decreto de necesidad y urgencia de Javier Milei, se encontraba al frente del Banco Central. Durante los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernánez, actuó como principal mecanismo de absorción de excedentes monetarios con colocaciones a 28 días y una tasa de 133% -hasta el lunes pasado- que estaba calzada con la de los plazos fijos.

Las Leliq forman parte de los pasivos remunerados que el Central ofrece a bancos públicos y privados a cambio de una tasa de interés. A la vez, cumplen el rol de aspirar pesos y secar la plaza para evitar que vayan a dólar y, en simultáneo, aceleren los precios.

Desde la consultora Ecolatina explicaron que a través de las letras de liquidez, el BCRA influye tanto en "la cantidad como en la velocidad a la que circulan los pesos en la economía para evitar desequilibrios monetarios frente a una débil demanda de dinero (sostenida en parte por la vigencia del cepo)". Un rol que ahora pasarán a cumplir los pases pasivos.

 

MFN / Gi