Las petroleras ya están actuando en un contexto que anticipa una hipotética devaluación del peso en 2016, que junto con la caída de los precios del petróleo delinearán un año de bajos niveles de inversión.
En las últimas horas, Pan American Energy (PAE) y Tecpetrol otorgaron vacaciones y francos compensatorios a sus empleados a partir del 1° de diciembre –con el consiguiente freno de la actividad de los equipos de perforación–. Los empresarios petroleros creen que a partir del año que viene será muy difícil mantener sus ganancias en los niveles actuales medidos en dólares.
Los inversores internacionales también han empezado a olfatear la retracción de la rentabilidad del negocio a corto plazo. La acción de YPF, que cerró ayer en US$ 15, la mitad del valor que tenía a mediados de abril de este año, se explica en parte por esa razón. Perdió 30% de su valor en septiembre.
Duda clave. La pregunta que desvela a los productores de crudo es cuál será el precio interno del hidrocarburo a partir del 1° de enero. Este año el importe del barril
extraído localmente osciló entre los US$ 63 y los US$ 77 según el tipo de calidad, apalancado por un acuerdo intrasectorial que promovió el Gobierno en diciembre de 2014 (rubricado además por petroleras, empresas de servicios, sindicatos), a fin de sostener el nivel
de actividad en los yacimientos durante todo 2015. Ese arreglo caduca el 31 de diciembre. Su prórroga será potestad de la administración que se imponga en las próximas elecciones presidenciales. Aún es temprano para buscar respuestas confiables.
Dólar. Sí existen algunas certezas: el nivel de los precios internos –que hoy son hasta un 50% más caros que los internacionales– será determinado por el tipo de cambio. Con un dólar oficial a $ 9,50, el importe que pagan los automovilistas para cargar naftas y gasoil alcanza hoy para pagarles US$ 77 por barril a los productores que explotan crudo Medanito de Neuquén.
“¿Qué pasará si el próximo gobierno decide devaluar un 20% como reclaman algunos industriales y economistas para recuperar competitividad?”, se preguntó el presidente de una petrolera. “Es cierto que los costos en dólares se licuarían, pero al margen de eso es casi imposible que los combustibles puedan actualizarse con la misma velocidad.
Lo más probable es que en el cortísimo plazo los ingresos medidos en dólares de los productores como YPF se resientan”, continuó. Su visión es compartida por la mayoría de los ejecutivos del sector.
Con ese panorama por delante, las petroleras dilataron la definición de sus planes de inversión para 2016 y preparan una marcada ralentización de la actividad para diciembre y enero a la espera de novedades concretas.
PAE, la segunda petrolera del mercado, controlada por la británica BP, la china CNOOC y los hermanos Bulgheroni, buscará reordenar el cronograma de vacaciones adeudadas y francos compensatorios a partir de diciembre. Eso provocará una retracción de la perforación y completación de pozos, todavía difícil de mensurar. La medida no afectará la producción de los pozos activos. “Las empresas nos comentaron que por la gran cantidad de feriados de diciembre por las fiestas (cerca de 10), lo mejor era optimizar recursos y adelantar vacaciones de empleados. Nuestro temor es que el personal no retome su actividad”, reconoció a PERFIL un colaborador del gobernador de Chubut, Martín Buzzi. Tecpetrol, el brazo petrolero de Techint, encaró un proceso similar.