La venta de jugadores de fútbol argentinos al exterior representa más del 50% de los ingresos de los 20 clubes de primera división del torneo argentino. La exportación de talentos ser convirtió en un negocio rentable y la vía de los clubes para no sucumbir a sus necesidades financieras. Y, en busca de sanear cuentas en rojo, cada vez se venden jugadores de menor edad, muchos que nunca debutaron en primera, lo que Víctor Lamberti, analista de Deloitte Corporate Financial significa una rápida “descapitalización” de las entidades deportivas.
—¿Cuánto representa la venta de jugadores?
— Para los clubes argentinos, la venta de jugadores representa algo más del 50% de los ingresos. Esto es algo histórico, si tomamos las cifras de 2000/01, los clubes argentinos vendieron por $ 127 millones, que en la recaudación de ese período significó 45% de sus ingresos. En la temporada 2004/05, la cifra alcanzó los $ 251 millones, el 52% de lo recaudado.
—¿No existe otra alternativa para los clubes que vender jugadores?
— Es muy difícil, con esas operaciones se financian. En América latina se vive una realidad muy diferente a la de Europa. La diferencia de hábitos de consumo, lógicas si se comparan los ingresos per cápita, lleva a que los ingresos denominados genéricamente comerciales (esponsoreo y merchandising), pilares del crecimiento del negocio en el Viejo Continente, sean muy pobres en la Argentina.
—¿Los clubes no ganan con el merchandising?
— Sí, pero la venta de camisetas es ganancia para las empresas deportivas, no para los clubes. El que piensa que en la Argentina puede sobrevivir con ese negocio, se equivoca.
—¿Los clubes están mal?
—Nadie podría asegurar que los clubes están mal. En lo que tiene que ver a los ingresos, primero está la venta de jugadores y, en segundo lugar, los ingresos por la televisión. Con esta ecuación, la concentración de los clubes tiene que estar en la generación de talentos.
—¿Generar talentos es la ventaja competitiva?
—Claro, la generación de talentos es una ventaja competitiva invaluable, y termina sustentando el espectáculo del otro lado del Atlántico. Los países de la región son los proveedores de la materia prima más cotizada que es el futbolista.
—Por eso cada vez se venden jugadores más jóvenes...
—Sí, claro, porque los clubes se financian con la venta de jugadores.
—¿Pero no frustran una futura venta que podría ser más abultada?
—No está mal, pero es claro que con la venta de jugadores que nunca debutaron en primera división, los clubes están en un proceso de descapitalización. Por otro lado, si hoy se comercializan los derechos económicos de un jugador de 15 años, en poco tiempo se hará lo mismo con chicos de 12 años, lo que significará que los clubes perderán el “semillero”, el pilar principal de su negocio.
—Entonces, los clubes se descapitalizan como parte de su proceso financiero, pero no tienen otra alternativa...
—Tienen que aprovechar para darle sustentabilidad al proceso de detección y formación de talentos. De esta manera, las transferencias dejarán de ser un hecho fortuito, transformándose en una etapa lógica y programada del negocio.
—¿Es una buena inversión comprar los derechos económicos de un jugador?
—Es una inversión de riesgo. Primero está la posibilidad de que el jugador se pueda lastimar y que se termine su carrera. También, que su nivel decaiga o que el club no entregue los derechos federativos y no se pueda hacer la transferencia.