Tras el fuerte respaldo que le dio el presidente Alberto Fernández, el ministro de Economía, Martín Guzmán, decidió "pisar" el acelerador para transformarse en el "hombre fuerte" del gabinete, algo que se potenció en esta última semana y que se profundizará en el corto plazo.
Con un dólar paralelo que bajó sustancialmente después de rozar casi los 200 pesos y con el contundente respaldo presidencial, el ministro decidió comenzar asumir un rol "mucho más político y no sólo técnico" como estaba catalogado hasta ahora.
"La estrategia para calmar el dólar le dio los primeros resultados y por eso se decidió iniciar un perfil más alto, con mayor exposición mediática y buscando mostrar logros y un camino, una hoja de ruta, que es definitiva, lo que esperan los mercados", resumió una importante fuente del Ministerio de Economía.
Esa estrategia de un mayor nivel de exposición y hegemonía en el manejo de la política económica quedó demostrado claramente cuando iniciando la última semana Guzmán anunció que a partir de ahora el Tesoro prescinde de los adelantos transitorios del Banco Central.
Guzmán obtuvo US$ 1.666 millones en el bono atado al dólar para bajar la tensión cambiaria
Siguió luego con varios encuentros con empresarios, el más importante, el que mantuvo con la cúpula de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), agenda que se va a repetir con otras entidades en los próximos días con otros popes del establishment local.
Incluso fue el propio Guzmán quien anunció en la semana la recaudación impositiva de octubre, destacando el hecho que la misma se ubicó por encima de la inflación. Esto conformó un hecho inusual, ya que la recaudación históricamente fue anunciada por el titular de la AFIP.
Algunos funcionarios de Casa de Gobierno miran de "reojo" el reposicionamiento de Guzmán, al tiempo que dentro del gabinete económico tratan de minimizarlo. "En el equipo económico trabajamos en forma coordinada y nadie está preocupado por lo que hace el otro", intentó argumentar otra de las fuentes consultadas.
Sin embargo, el desempeño de la función de ministro de Economía con más poder generó "algunas caras de incomodidad" en el Ministerio de Producción, en el Banco Central, y hasta hubo cierta sorpresa entre los asesores que tiene Mercedes Marcó del Pont, titular de la AFIP.
El tema principal que observan algunos funcionarios de Casa de Gobierno y del gabinete económico es que Guzmán en este momento tiene la "credencial" que no poseen ningún otro integrante del gabinete.
Esas credenciales vienen por el lado del notable respaldo con que cuenta el titular de la cartera económica por parte de la titular del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva. Fueron los funcionarios del FMI quienes habían sugerido, hace unos meses atrás, que la conducción de la política económica de la Argentina debía concentrase en un ministro fuerte, en coordinación con el presidente Alberto Fernández y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
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Precisamente, según admiten en Hacienda, el manejo de la política económica con varios interlocutores a la vez fue motivo de graves inconvenientes de conducción de la Economía en la gestión de Cambiemos, algo que también se repitió en el Gobierno actual hasta que finalmente Alberto Fernández le dio todo su respaldo para que ejerza la hegemonía en esa función.
Además, Guzmán cuenta con el aval, quizás el más trascendente, de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, lo cual lo posiciona en lugar especial para tener un margen de maniobra política bastante más amplio que cualquier otro ministro en ejercicio.
De todas maneras, se vienen desafíos difíciles para el titular del Palacio de Hacienda, como cerrar un nuevo acuerdo con el FMI en un tiempo récord, bajar drásticamente el déficit fiscal, contener las presiones políticas y económicas en cuanto a la emisión monetaria, y generar condiciones de credibilidad sobre un país que "a los ojos de los inversores externos tiene una pésima reputación y en muchos lugares del mundo es visto como el ejemplo a evitar".
LR/FF