La herencia del comercio administrado de Guillermo Moreno les puede costar a las exportaciones entre US$ 5 mil y 7.500 millones. Un tribunal de la Organización Mundial de Comercio (OMC) cuestionó las restricciones a la importación de la Argentina tras una queja de Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, y le ordenó al Gobierno que revea estas políticas que “son inconsistentes” con las reglas del comercio global.
La decisión será apelada por Cancillería, que gana así tres meses. Si la Argentina no se adecúa a las normas de la OMC, los países demandantes pueden tomar represalias, como la prohibición del ingreso de productos, la suba de aranceles o el establecimiento de cupos. Si todos los países que participaron de la queja las ponen en práctica, podrían afectar –de máxima– el equivalente a todo el saldo comercial proyectado para este año.
La decisión de la OMC que preside el brasileño Roberto Azevedo no sorprendió. “Lo hablamos con Moreno en las misiones comerciales, en los aviones. Pero siempre nos contestaba lo mismo: que lo único que le importaba era cumplir su objetivo de US$ 10 mil millones de superávit comercial”, indicó un empresario que viajó a Vietnam con Moreno.
“Lo que la OMC cuestiona va más allá de las declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI), sino que empezó con las demoras en la aprobación de licencias no automáticas y las medidas sui generis, como el uno a uno” (exportar un dólar por cada dólar que se pretende importar), explicó el titular de la consultora DNI, Marcelo Elizondo, ex director de la Fundación Export.Ar.
El presidente de la Cámara de Exportadores, Enrique Mantilla, anticipó que pedirá al Gobierno un proceso de consultas por la decisión de la OMC para evitar represalias. Si bien el reclamo fue presentado por la UE, Estados Unidos y Japón, incluye también a Australia, Arabia Saudita, Canadá, China, Corea, Ecuador, Guatemala, India, Israel, Noruega, Suiza, Taipei Chino, Tailandia y Turquía. Todos estos países pueden tomar medidas para restringir las exportaciones si la apelación falla y no hay adecuación, podría “afectar en el corto plazo las negociaciones UE-Mercosur”, según Mantilla.
“No es un fallo definitivo”, aclararon en el Gobierno, que buscará estirar la resolución. La apelación buscará “explicar por qué se toman las medidas de protección comercial”. La posición oficial, además, apunta a quiénes son los demandantes: “Están entre los países más proteccionistas del mundo, están buscando que sus productos ingresen al país a precios de dumping”, por debajo del valor medio del mercado. Las perspectivas de la apelación, explicó Elizondo, no son buenas: “Nunca se revirtió la decisión de la primera instancia en un tribunal de alzada en la OMC”.
Los importadores, por su parte, también advirtieron que las represalias a las exportaciones impactarán en su actividad. “El 80% de lo que entra va a producción y exportaciones”, detalló Miguel Ponce, directivo de la Cámara de Importadores. “Esto indudablemente repercute en la actividad y el empleo”.
Tras el informe de la OMC, el comisario europeo de Comercio, Karel de Gucht, exigió a Buenos Aires que “abra la vía para que las mercancías de la UE puedan competir”.