El ambiente que se respira en los pasillos del Hotel Sheraton de Mar del Plata es denso y pesado. Allí, cientos de empresarios con el ceño fruncido y cara de preocupación están reunidos en ocasión del 44 Coloquio anual del Instituto para el Desarrollo Empresario Argentino (IDEA).
Pese a que el temario del Coloquio fue armado hace varios meses e incluye algunos temas que hoy quedaron obsoletos (como la conferencia “Acelerando el crecimiento de la economía a través del sistema financiero”), las charlas informales entre los hombres de negocios dan cuenta de que lo que predomina es el pesimismo y el escepticismo y que la palabra “crecimiento” parece haber quedado en pasados y añorados tiempos mejores.
Según una encuesta de la consultora D’Alessio-Irol, siete de cada 10 empresarios prevén un peor escenario económico para el próximo semestre y el 58% pronostica una caída en las ventas de su compañía. El grupo de optimistas, que a pesar del contexto prevé que las ventas aumentarán, abarca solamente al 16% de los encuestados.
Y si de exportaciones se trata, las perspectivas son similares. El 58% opina que las ventas al exterior bajarán durante los próximos seis meses como consecuencia de la recesión global, mientras que el 12% espera incrementarlas. En este sentido, habrá que ver durante los próximos meses como impacta la caída abrupta en el precio de las commodities.
Pese a que estos datos dan cuenta de un pesimismo generalizado que no se encontraba en la clase empresaria argentina desde el 2002, también es cierto que las perspectivas pueden ser peores que la realidad. Durante el conflicto con el campo, los empresarios se mostraron muy preocupados por la situación del país pero hoy más del 60% opina que el último semestre fue similar al anterior (segundo del año pasado).
Los ejecutivos, incluso, son menos pesimistas a nivel empleo. A pesar de que uno de cada cuatro empresarios prevé disminuir personal durante los próximos meses, un 7% prevé contratar más gente.