Asfixiada por una deuda que a fines de 2014 superaba los US$ 90 mil millones, Petrobras decidió poner en venta los activos de Petrobras Argentina (PESA), su subsidiaria en el país, una decisión que cuando se concrete terminará con su salida del país, 13 años después de llegar en 2002. Es una decisión que la petrolera controlada por el Estado brasileño hubiese querido postergar, al menos por un tiempo más. Pero que se tornó inevitable en un contexto signado por el escándalo del Lava Jato, la investigación judicial de la Policía Federal que destapó una multimillonaria red de coimas que alcanzó a ex directivos de la compañía e importantes empresarios de Brasil acusados de pagar sobornos en beneficio de funcionarios del gobierno de Dilma Rousseff y de dirigentes políticos del PT.
En rigor, a partir de 2011 la compañía brasileña, el cuarto mayor productor de petróleo del mercado doméstico, comenzó a desprenderse de algunos activos secundarios en el país.
Sin embargo, la iniciativa definida en estos días por la casa matriz de Río de Janeiro es mucho más ambiciosa: apunta a vender en un mismo paquete todas las unidades de negocio de Petrobras Argentina, según indicaron a PERFIL fuentes empresariales de máximo nivel y funcionarios públicos ligados a la operación cotidiana de la empresa.
Salida. El portfolio es amplio y variado: incluye casi treinta reservorios petroleros en Neuquén, una refinería en Bahía Blanca, una red de más de 100 estaciones de servicio; una participación mayoritaria en Transportadora Gas del Sur (TGS), la central térmica Genelba y la hidroeléctrica Pichi Picún Leifú; y plantas petroquímicas en Bahía Blanca (MEGA) y Santa Fe, entre otras. Su valor de mercado podría superar, en conjunto, los US$ 1.000 millones, cuatro veces más que el valor bursátil de PESA, que ronda los US$ 260 millones. En rigor, Petrobras Brasil controla el 65% de la filial. El resto cotiza en la Bolsa.
La decisión ya es oficial: Petrobras envío el viernes una carta formal invitando a las principales petroleras del país a participar del proceso de venta. Fueron notificadas YPF, Pan American Energy (PAE), Pluspetrol y Tecpetrol (Techint), que tendrán hasta el 15 de julio para responder si tienen interés en pugnar por los activos. Se espera una agenda exprés: la intención es consumar la operación antes del cambio de gobierno.
No se descarta que del proceso participen también fondos de inversión u otro empresario local con el respaldo de un socio internacional. El paquete de activos que maneja la petrolera estatal brasileña puede revalorizarse si se dispone de tiempo, un bien que Petrobras no posee. La firma puso en marcha un proceso de desinversión por más de US$ 15 mil millones para 2015-2016. Así lo anunció hace algunas semanas el presidente de Petrobras, Adelmir Bendine, que asumió en febrero con el mandato de refundar la compañía.
Petrobras Argentina es el cuarto mayor productor de crudo del país, con una oferta de 3.180 metros cúbicos diarios del hidrocarburo. Su producción registra una pronunciada declinación, pero aun así, en la industria son varias las empresas que quisieran explotar al menos cinco campos neuquinos de la compañía brasileña.
Sin descartar que aparezca algún tapado, la discusión para quedarse con los activos involucrará seguramente a YPF, que el año pasado entabló negociaciones con Petrobras que se frustraron cuando ya estaban avanzadas, así como también a PAE, de la británica BP, la china Cnooc y los hermanos Bulgheroni, y las locales Pluspetrol y Tecpetrol, de la petrolera de Techint. En la lista de interesados podría figurar CGC, de Eurnekian. Lo que es seguro es que la petrolera reestatizada que preside Miguel Galuccio volverá a la carga con un nuevo intento.