En sus noticieros en redes sociales, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, suele incluir el dato de de que se están creando 20 mil puestos de trabajo por mes. Pero fuera de Twitter y de YouTube, se suceden las noticias de fábricas que cierran y despiden a sus operarios. Esa ingrata coincidencia para el Gobierno se empieza a convertir en una postal de la recuperación que se registra en la macro: el agro, la construcción y los servicios generan empleo, mientras lo destruye buena parte de la industria que hasta ahora estaba protegida frente a la importación y atendía un mercado interno y que aún no levanta.
“Cuando crecés al 3 o 4% a algunos les va mal y a otros les va bien”, dijo en este diario el secretario de Industria, Martín Etchegoyen, en una forma de interpretar el fenómeno. Eduardo Levy Yeyati, fundador de la consultora Elypsis y consultor que trabaja en Casa Rosada sobre el proyecto “Argentina 2030” advierte que puede haber un proceso más complejo. “La destrucción y generación de empleo asociada con cambios de precios relativos o desplazamientos productivos no es del mismo tipo ni ocurre en el mismo lugar, es decir, se cancelan sólo en el agregado”, asegura. Es decir, en los hechos, La Pampa, con boom agrícola, no evita las postales tristes de La Matanza, en la provincia de Buenos Aires, donde se hace el 60% de los calzados de la Argentina. Hasta fines del año pasado, según el Ministerio de Trabajo, se habían destruido sólo en el segundo semestre unos 15 mil empleos industriales, con creación de otro tanto en agro, servicios y construcción, básicamente obra pública. “La destrucción hoy se siente más en sectores de baja calificación del Conurbano; la creación, en sectores urbanos de alta calificación, y en algunas economías del interior”, apunta Levy Yeyati, que además trabaja en un libro sobre el futuro del trabajo, es decir, hasta dónde el cambio tecnológico afecta la incorporación de mano de obra. Como sea, es cauto para este año a pesar de lo que digan los números: “Probablemente, el crecimiento del año sea desigual y, en algunos casos como energía y agro, con poca creación de empleo, por lo que la sensación térmica puede ser mixta”, advierte.
Indice. En año de elecciones, goles son amores. ¿Habrá una baja del desempleo en el informe del Indec del próximo 16 de marzo? El último dato es de agosto y marcó una suba a 9,3%. Esta semana, la Ciudad de Buenos Aires mostró un descenso en el número de desocupados en el último trimestre respecto del anterior. En el Ministerio de Trabajo, la Encuesta de Indicadores Laborales revela una caída del 5,5% interanual para la industria en el Conurbano.
“Es esperable que aún frente a la recuperación de la economía este año se traccione poco empleo”, dice Marina Dal Poggetto, del Estudio Bein, que lo explica así: “Los sectores más beneficiados por el cambio de precios relativos y la obra pública no son grandes generadores de empleo”. Y además, dice, “el resto del sector privado está a la defensiva” por aumentos de tarifas y caída del consumo. Un cuadro que se completa además con un sector público que ya no genera empleo.
Transición. Cerca de la conducción económica, Levy Yeyati asegura que “hay un margen para reentrenar y relocalizar trabajo de La Matanza a La Pampa, pero es reducido”. ¿Entonces? “Es esencial que este desplazamiento productivo se haga con un crecimiento que genere empleos terciarios y reduzca el impacto de la transición”, amplía. ¿Más guías de turismo? “No, la mayoría de los productos están asociados a servicios de distribución, diseño y mantenimiento”, completa.