Por más que mañana la conducción económica tragará saliva cuando presente otro número elevado en la remozada medición oficial de precios –nuevamente cerca del 4%, se estima, tras dar 3,7% en enero–, tendrá razones para cierto alivio. En lo que va de marzo, el ritmo de aumentos bajó un cambio y, de mantenerse esta tendencia, lo más probable es que cuando termine el mes se sitúe en torno al 2%.
Así surge al menos de las mediciones semanales de tres consultoras, del registro cotidiano de un hipermercado y de las primeras estimaciones de la Secretaría de Comercio Interior, a cargo de Augusto Costa, que comanda el programa Precios Cuidados.
“Se observa una fuerte desaceleración en las últimas semanas”, asegura un reporte del gurú ortodoxo Miguel Angel Broda, lejos de cualquier tinte oficialista. En su perspectiva, marzo apunta a dar 2,5%, “menos que el 4% de promedio del período diciembre-febrero”, apuntó a sus clientes. Los datos de la firma Elypsis, que comanda el ex Banco Mundial Eduardo Levy Yeyati, lo ratifican.
Tras una inflación del 1,9% en la última semana de enero, el costo de vida evolucionó a niveles menores en las semanas subsiguientes: 1,6; 1,2; 1,1; 0,6% en la última de febrero, y 0,3% en la primera de marzo. En igual sentido, en el estudio del economista que elogió la Presidenta, Miguel Bein, advierten que el arrastre estadístico que dejó el mes pasado fue bajo y aportan un desagregado que puede ser clave: alimentos trepó sólo 0,9% en la primera semana de marzo, cuando en enero lo hizo 5% y en febrero 4,4%. Así, puede entenderse una desaceleración de la inflación en marzo, cuando siempre el tercer mes del año tiene estacionalidad al alza por servicios, como los que se están actualizando (subte, prepagas y colegios privados, por ejemplo).
“Sí, estamos viendo un freno en los aumentos en lo que va de marzo”, aseguró Daniel Fernández, CEO de Carrefour a PERFIL, unas horas antes de que Costa afirmara en el mismo tono por la Radio Pública: “A partir de marzo vemos una fuerte desaceleración, en algunos casos revirtiéndose la tendencia alcista”.
Agridulce. La buena noticia del freno inflacionario tiene una explicación amarga. Con tasas en ascenso, la economía entró en una fase de enfriamiento y los salarios perdieron tal capacidad de compra en el primer bimestre (cerca del 12%, según el Banco Ciudad) que no pueden convalidar tantas remarcaciones. Al mismo tiempo, el dólar lleva más de un mes estable en $ 7,90 u $ 8, lo que siempre contribuye a la estabilidad en las góndolas, al tiempo que el Gobierno decidió postergar cualquier revisión de subsidios que derive en subas de tarifas que echen más leña al fuego hasta después de las paritarias.
Porque el objetivo central, posdevaluación, es frenar el traspaso a precios del salto cambiario. Una batalla ardua, porque pese al respiro de estos días, la inflación acumulada sigue, según Inflacionverdadera.com, alrededor del 35%, un número difícil de digerir para los líderes gremiales.
“Tiene lógica que se desacelere la inflación, porque el traslado pleno de la devaluación a precios lo viste en febrero”, arriesga Marina Dal Poggetto, socia de Bein, que sin embargo recuerda que su escenario base sigue siendo un costo de vida en 34%, a raíz de ajustes mensuales de más del 2%, con demanda en baja y magra actividad económica. Broda añade: “El mantenimiento de la restricción monetaria y la caída del PBI pueden llevar a que la inflación de marzo sea menor”, aunque con un acumulado interanual del orden del 35%, apuntalado además porque compara contra los meses del congelamiento más fuerte del para algunos ya olvidado ex “polémico secretario” Guillermo Moreno.
