ECONOMIA
La contracara de la crisis

Se dispara el costo de los créditos y cae el consumo

Aumentaron las tasas de los préstamos personales y los créditos hipotecarios son casi una utopía. Cómo afecta al consumo.

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Como consecuencia del aumento en el interés de los depósitos, el costo del crédito se encareció un promedio de 3,3 por ciento durante el mes de mayo, y se sintió sobre todo en los créditos al consumo cuya tasa se disparó hasta 10 puntos.

Este encarecimiento del costo de los créditos es consecuencia de la incertidumbre económica que produjo la crisis del campo, pero es también la contracara de la cancelación de plazos fijos por 1200 millones de dólares, que obligó al BCRA a subir las tasas de interés.

Los más afectados son los tomadores de préstamos al consumo, que pasaron de endeudarse a una tasa de entre el 20 y el 25% anual a principios de mes a tener que pagar una tasa que alcanza el 40% anual en algunos casos, informó el diario El Cronista.

La crisis y la caída en las expectativas económicas también pegaron fuerte en el sector de créditos hipotecarios que volvieron a convertirse en un bien de lujo, sólo apto para los sectores de mayores ingresos. Es más, muchos bancos –entre ellos el Banco de Córdoba- cancelaron sus líneas de crédito más económicas.

Los analistas advierten, sin embargo, que la suba de las tasas produciría un enfriamiento brusco de la economía, sobre todo porque los endeudados a tasa variable deberán destinar un porcentaje mayor de su ingreso a pagar los créditos, además de que muchas empresas cancelarán sus planes de inversión para la segunda mitad del 2008.

Este enfriamiento ya comenzó a notarse en las cifras del consumo que según la consultora Home Research, que mide las ventas de los productos que integran la canasta básica, se retrajo un 4% en el período abril-mayo con respecto al mismo período del año pasado. Este descenso representa la primer caída en el consumo en cinco años.

En la consultora explicaron al diario La Nación que en el último bimestre la retracción del consumo estuvo acompañada por conductas que no se veían desde la crisis del 2002, como por ejemplo “un incremento en la compra de alimentos básicos en detrimento de artículos más sofisticados”.