Por las principales arterias fluviales de Alemania navegan los barcos con carga reducida, ya que, trasladar el flete que normalmente transportan por vías terrestres es difícil por varios factores, entre los que se destaca la escasez de choferes y la pandemia. A este problema, ahora se suma la sequía persistente, que amenaza al sector industrial y al turístico.
En ese sentido, la Confederación de la Industria Alemana (BDI) advirtió que la sequía provocará la reducción de suministros, de la producción y de la jornada laboral en algunos sectores, lo que se traduce directamente al bolsillo de los alemanes ya golpeados por una inflación histórica en la Zona Euro.
“La sequía persistente y el bajo nivel de los ríos amenazan la seguridad de los suministros para la industria. Las empresas se preparan para lo peor. La ya de por sí tensa situación económica se hace más grave”, declaró la patronal en un comunicado citado por la agencia de prensa local DW.
El suministro energético también está en riesgo
El bajo nivel de las aguas puede agravar los problemas del suministro energético, puesto que los inconvenientes de transporte afectarían los planes del Gobierno de Olaf Scholz de aumentar temporalmente el uso del carbón ante la espinosa crisis que vive Europa por la escasez de energía.
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El comunicado advierte que es “cuestión de tiempo que las plantas de la industria química o siderúrgica tenían que ser desconectadas, que los aceites minerales y los materiales de construcción no lleguen a su destino o que determinados transportes con carga pesada no puedan realizarse”, advirtió el BID.
El panorama para el futuro es sombrío
El documento advierte que períodos de sequía como el que se vive hoy en Alemania no serán la excepción, sino la regla, por lo que pide crear un sistema que permita una reacción temprana a los problemas que se presenten en el transporte fluvial, sumando presión a la coalición gobernante.
La sequía en el país bávaro llegó al nivel en el que algunos ríos alcanzaron sus mínimos históricos. Por ejemplo, en el Rin, el bajo nivel de las aguas ya genera trastornos para la navegación; mientras que en el Weser, algunos transportistas han dejado de operar. En el Elba, la navegación se vio interrumpida por completo.
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El panorama para las próximas semanas no es muy alentador, pues se teme que la navegación en el Rin tenga que ser suspendida, esto es un grave problema para Alemania, puesto que es la principal arteria de transporte fluvial en el país y es utilizada por numerosas empresas para el comercio.
El turismo: otra víctima de la sequía europea
Johannes Krumpen, director ejecutivo de Phoenixreisen, una empresa que ofrece cruceros fluviales y marítimos, comentó a DW la difícil situación que se vive aproximadamente hace una semana. Ocho barcos de su flota han tenido que modificar sus rutas, sin embargo, destaca que nadie ha cancelado sus boletos, todavía, ya que si eso sucediera las pérdidas ascenderían a millones de euros.
El bajo nivel de las aguas del Rin hace que surjan del lecho islotes, neumáticos de automóviles y hasta municiones de la Segunda Guerra Mundial.
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En 2018 Alemania enfrentó un problema similar a causa del caudal mínimo en sus troncales fluviales que le costó un 0,4% del Producto Bruto Interno, aunque en ese entonces sin pandemia, sin guerra y sin crisis energética sobre sus hombros. Con la situación actual de trasfondo, las consecuencias podrían ser mucho peores si productos como el carbón, el diésel, el gas o el petróleo no pudieran ser transportados.
Hoy en día el sector de los cruceros fluviales registra ganancias importantes luego de que las ventas nacionales e internaciones cayeran dos tercios durante la crisis sanitaria y el número de pasajeros se redujera de 727.400 a 209.400, por lo que otro golpe a la industria sería devastador.
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