Los primeros efectos de la Guerra entre Rusia y Ucrania comienzan a notarse en el país de Vladimir Putin. De acuerdo con la agencia de prensa Radio Francia Internacional (RFI), los ciudadanos rusos prefieren abastecerse de alimentos pese a las garantías de que no habrá escasez.
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Pánico alimentario
Los medios de comunicación regionales rusos comunicaron que productos como el azúcar, los cereales (principalmente el trigo sarraceno) y la sal están desapareciendo de los comercios, lo que supone una importante señal de pánico alimentario. "Los supermercados de Vladivostok siguen apurando el azúcar y otros productos esenciales. En la cadena de tiendas Sambury, situada en la calle Dalpresse y Chernyakhovskogo, se pueden ver las estanterías vacías en las que se encontraban estos productos. Algunos artículos de estos supermercados también son difíciles de encontrar. Por ejemplo, el trigo sarraceno y la sal. La tienda filial de la cadena, Blizkiy, en la calle Voropaeva, también carece de azúcar", informaron desde Vladivostok.
Otro claro ejemplo del temor que hay en el gigante europeo es que la cadena francesa de hipermercados Auchan, que decidió permanecer en el país a pesar de las sanciones, impuso restricciones a la venta de determinados productos. En dicha lista se destacan: el azúcar, botellas de aceite vegetal, harina, sal y cajas de pasta.
Ante esta situación, el jefe del gobierno ruso firmó una resolución sobre la prohibición temporal de las exportaciones de cereales a los países de la Unión Económica Euroasiática, así como de azúcar a terceros países en general. El primer ministro Mikhail Mishustin también sugirió la posibilidad de utilizar el fondo estatal si los precios suben más de un 10% respecto al precio medio. A su vez, el Servicio Federal Antimonopolio (FAS) abrió una línea telefónica para quejarse de las subidas de precios.
Al mismo tiempo, el partido Rusia Unida informó en su Instagram que "Rusia es totalmente autosuficiente en productos alimentarios clave, los productos lácteos, las verduras y las frutas se producen suficientemente en el país, y las sanciones no afectarán al suministro de alimentos". En la televisión, como en la época soviética, se vuelven a escuchar las palabras "aumentar el rendimiento de la leche" y "mejorar la calidad". Sin embargo, los rusos siguen comprando alimentos por adelantado.
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Aumento en los costos de transportes y fertilizantes
Los medios de comunicación rusos explicaron que el aumento de los precios de los alimentos no se dio sólo por la retirada de las marcas de alimentos occidentales, sino por el incremento en los costos de los piensos, los abonos, el transporte y los envases.
Según lo señalado, los productos rusos dependen del uso de equipos, materiales e ingredientes extranjeros. En Udmurtia, por ejemplo, los residentes preocupados por el aumento de los precios se preguntaban por qué la leche local era más cara: "¿Estamos importando leche de Estados Unidos?".
Según explica el Ministerio de Agricultura de la región, los precios subieron porque crecieron los costos de los medicamentos veterinarios, la electricidad, el combustible, los materiales de construcción y los abonos minerales.
"La sustitución de importaciones sería una buena idea para las empresas nacionales. Pero sólo cuando no está bajo sanciones. La idea se hizo popular en Rusia tras la anexión de Crimea en 2014. Y, efectivamente, a lo largo de los años se ha conseguido aumentar la cuota de productos nacionales.
Pero incluso entonces, esto se hizo en detrimento del consumidor y en beneficio de las grandes explotaciones agrícolas. Ante la falta de competencia, la calidad de los productos cayó en picado en comparación con los productos extranjeros, y los precios subieron en todas partes. Al mismo tiempo, no hubo ‘revolución’ con las importaciones. En el sector alimentario sólo ha disminuido un tercio", explicó a RFI el investigador de la cocina rusa y soviética Pavel Syutkin.
RM / LR