El mercado financiero no tiene paz. Tras algunos días de calma, volvió la corrida contra el peso, y el dólar cerró ayer con un nuevo récord de $ 29,57 para la venta en las pizarras minoristas. Saltó 89 centavos en un día, según el promedio del Banco Central entre agencias y bancos de la city porteña, aunque durante la rueda llegó a tocar $ 29,90 en algunas entidades. Se trató de otra jornada donde se combinaron tendencias internacionales con una creciente desconfianza hacia la administración de Mauricio Macri, las variables macroeconómicas y hasta su futuro político, en una jornada donde hasta llegaron a circular rumores de salida del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, desmentidas de plano por su entorno.
La presión alcista obligó al Gobierno a volcar al mercado mediante subastas US$ 450 millones para frenar la estampida, usando no solo los US$ 150 millones del Tesoro que vendía hasta ahora, sino también los dólares de las reservas internacionales. En el balance semanal, el billete verde trepó casi $ 2. Así, se esfumó la calma cambiaria que se había logrado la semana anterior tras la llegada del primer desembolso de US$ 15 mil millones del FMI, y la recategorización de Argentina a mercado emergente.
Sacudón. El dólar se recalentó también en el terreno mayorista, donde ayer finalizó a $ 28,85, o sea un aumento de 75 centavos respecto del cierre previo, escaló $ 1,84 en la última semana, trepó en junio $ 3,89, y en el semestre se incrementó 55,6%. “Los precios tuvieron un recorrido amplio y con significativa volatilidad, en un escenario de nerviosismo que solo se atenuó luego de la segunda subasta oficial”, señaló Gustavo Quintana, de Pr Cambios. El operador destacó que el dólar “terminó junio en su nivel más alto desde la salida de la convertibilidad”. Fernando Izzo sostuvo que “el dólar siguió demandado, por escasez de oferta de exportadores e inversores, y por el contexto internacional que pegó a los países emergentes con más fuerza, por la revalorización del dólar”. El total operado en el mercado de cambios fue de US$ 1.017 millones, 42% más que el jueves, y en futuros, en el Rofex se operaron 1.000 millones, de los cuales el 50% se operó a julio con precios finales $ 29,82.
De atrás. El BCRA licitó a las 13, por orden de Hacienda, US$ 150 millones, como lo viene haciendo diariamente con los dólares del FMI que recibió el Tesoro, y los adjudicó a un precio promedio de $ 29,12. Sin embargo, Izzo destacó que tras esa licitación “el mercado comenzó a pagar y subir el precio” y “cuando se llegó a cotizar $ 30 vendedor, sin operarse, el BCRA ofreció una segunda licitación, media hora más tarde”. Al respecto, en la entidad monetaria explicaron a PERFIL que “se tomó la decisión de subastar US$ 300 millones extras pero que salieron de las reservas, con el objetivo de estabilizar el mercado”. El precio promedio de corte se ubicó en 28,95. Tras esa operación, el precio de la divisa empezó a aflojar.
Minicorrida. Los economistas consultados por PERFIL evaluaron que ayer se vivió una “nueva minicorrida” que atribuyeron a la “desconfianza” que provocan las “vulnerabilidades” de la economía argentina, por lo que los inversores internacionales están desarmando posiciones en activos argentinos en un contexto global complicado para los emergentes, y eso “mete ruido” también en el mercado cambiario. A eso se suman cuestiones estacionales por cobertura típica de fin de mes. Para algunos, hay “inoperancia” en el manejo del BCRA, y otros reclaman medidas. El Comité de Política Monetaria adelantó esta semana que “mayores cambios en el marco y accionar de la política monetaria serán anunciados antes” de la próxima reunión de ese organismo “programada para el 10 de julio”.
Sin embargo, Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina, juzgó que “ante la velocidad vertiginosa que tomó el dólar da la sensación de una nueva minicorrida, con lo cual espero que el BCRA analice durante el fin de semana qué medidas va a tomar para doblarle la mano al mercado y que las anuncie antes de que abran los mercados el lunes porque si no, la divisa se va a ir a $ 30”.
Señales y rumores. La ola negativa hacia el peso y los activos argentinos potenció rumores sobre nuevos cambios en el gabinete, como la salida del ministro Nicolás Dujovne de Hacienda, algo que fue desmentido por su entorno. “Estuvo todo el día trabajando en Olivos”, resaltaron y dijeron que está “más fuerte que nunca”.
Guido Lorenzo, de ACM, aludió “a una corridita cambiaria nueva” en un escenario en los últimos días de “un reacomodamiento de cartera de pesos a dólares” por parte de inversores extranjeros y advirtió que “primero se van los de afuera y después por susto se empiezan a ir los de adentro; ahorristas y empresas se están dolarizando” por “la desconfianza”.
Macri, a los mercados: “Bajaremos el déficit”
Se ha vuelto un mantra del presidente de la Nación. Achicar el gasto público y bajar el déficit fiscal es la obsesión de Mauricio Macri incluso desde antes de la corrida financiera. Pero desde que lee que “los mercados” desconfían de su política económica, cree que tiene que hacerlos volver a creer en sus palabras. Ayer, mientras el dólar rozaba los $ 30 y las acciones y los bonos argentinos caían en picada, trató otra vez de mandarles un mensaje en ese sentido.
Durante un encuentro con gobernadores y en medio de la disparada del dólar, aseguró que el Gobierno no se desviará en su plan de “achicar el déficit fiscal”. Lo hizo mientras se conocen iniciativas de relajación de baja de subsidios y otras medidas en ese sentido.
“Cuando prometemos que vamos a achicar el problema del déficit, que los mercados lo discuten, les decimos sí, lo vamos hacer”, afirmó el Presidente durante un acto que encabezó en Basavilvaso, acompañado también por su ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
Tras sus palabras, sin embargo, no cambió el clima en los mercados, de hecho la conducción económica analiza medidas para intentar torcer el rumbo.