EDUCACIóN
En la Ciudad

Jardines de infantes, en peligro: el 30% de los padres no paga la cuota

No reciben subsidios y piden acceso a créditos o ayuda para poder sostenerse. Son 255 escuelas infantiles que nuclean a unos 20 mil chicos. Galería de fotos

jardines de infantes en peligro
Los jardines reclaman ayuda para poder mantenerse abiertos | Gza. Dulce de Leche

Andrea Pita fundó y dirige el jardín de infantes La Vaca de Humahuaca, en el barrio porteño de Almagro, desde 1979. “Tengo muchos padres que trabajan en aerolíneas, músicos, artistas, familias que en este momento están sin ingreso. Por más ayuda que podamos dar, no tenemos ningún subsidio ni nada. El gobierno porteño hace inspecciones y fiscalizaciones, pero hasta ahora, no pudimos obtener ayuda económica de ningún tipo”, explica. 

“Nuestra institución tiene un perfil de familias con mucho afecto por el jardín. Hicieron lo imposible para pagar. Hay gente que pidió pagar una sola jornada, otros -pocos- se fueron. Otros pidieron descuento”, detalla sobre la situación que atraviesa. Para ello, y porque quieren acompañar a las familias pero también dar voz a su situación, armaron un video que lo resume en una canción. 

Su caso no es el único: según datos de la asociación civll Coherencia, que nuclea a 255 escuelas infantiles porteñas -que tienen alumnado que va de los 45 días a cinco años- de “gestión 100% privada y sin subsidios”, como detallan, el caso del jardín de Almagro no es el único. En un mes, estiman, el 30% de las familias dejó de pagar las cuotas y que la cantidad de familias que dejaron el colegio por problemas económicos, en su mayoría -aunque otros tienen también situaciones de salud o son población de riesgo por alguna razón y temen consecuencias por la pandemia- suman un 40% en promedio. 

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“La mayoría de los colegios estamos ofreciendo descuentos y recalculando los presupuestos. Las familias reciben comunicaciones de cómo vamos día a día. La estamos peleando entre todos, pero está muy difícil”, agrega Verónica Rufat, titular del jardín Dulce de Leche, también en Almagro e integrante de la ONG cuyos asociados dan trabajo a unos 4.500 docentes y no docentes y juntos suman unas 20 mil vacantes.

 

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Por eso, piden, necesitan no sólo compromiso de los padres -que, en su mayoría, obtienen- sino también “algún tipo de plan de ayuda del gobierno porteño (N. de R. dependen de la Secretaría de Educación). No tenemos ningún tipo de subsidio del Estado y somos PyMes, nos anotamos en todo lo que salió pero de 255 sólo cuatro recibieron los beneficios que está dando la Afip”, explican. Los jardines están reconocidos por la Ley 621 de la Ciudad como "Instituciones Privadas de Carácter Educativo Asistencial" y controladas por la Dirección General de Educación Privada (DGEP)  porteña. 

“Nosotros no responsabilizamos a los padres, pero sí tenemos que enfrentar reducciones de sueldos de docentes, en algunos casos”, explica por su parte Marisa Diana, directora de Iupi Kindergarten. “Yo creo que cada jardín tiene su realidad y su comunidad. Hablamos con cada familia, caso por caso, pero nuestra premisa fundamental es que ninguno de los alumnos se quede sin volver luego de la pandemia. Lo económico no va a determinar que no vuelva. Pero quizá una familia de sala de uno decidió sacarlo porque lo mandó sólo quince días en lo que va del año”, grafica.

 

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Se comunican con una plataforma a través de la cual dan actividades virtuales, pero entienden que “no es suficiente”. Incorporaron también actividades por zoom desde sala de tres en adelante. Hoy queremos que los padres se sientan acompañados aunque la incertidumbre es grande. Lo que nos preocupa a todos los jardines es sostener el trabajo de los docentes, que le están poniendo todo desde sus casas”, agrega Diana. “Todavía no cerró ningún jardín, pero estamos viendo y compensando. Queremos que nadie se quede sin jardín. El estrés adicional por eso es inmenso”. 

“Si bien algunas siguen trabajando en forma virtual, en muchos casos, las familias han dado de baja a sus hijos o afectadas por la situación económica han dejado de pagar las cuotas, por lo cual los ingresos de estas instituciones han mermado en forma considerable. Muchas de ellas tienen grandes dificultades para pagar los salarios de su personal, que incluye no solo a docentes, sino también a personal administrativo y de maestranza”, suma Teresa Falcón, directora del colegio Horizontes de Belgrano. “Por otra parte estas instituciones consumen servicios de otros profesionales y gremios para cumplimentar con todo lo que se les solicita desde el programa de Escuelas Seguras. Puede verse que hay una cadena económica en torno a su funcionamiento que implica miles de puestos de trabajo”, grafica. 

“No sé cuánto más podremos resistir en esta situación. Para nosotros y todas las familias”, completa Pita. Las instituciones reclaman “ser visibilizados: cuando hablan los ministros y el presidente hablan de la educación obligatoria que es a partir de los cuatro años”, aseguran, pero no cuentan las tareas que involucran a los chicos de salas de uno, dos y tres. Por eso eligieron el logo con una manito para que sirva para llamar la atención en un momento complejo como el actual.

 

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Proyectos. Si bien desde el ministerio de Educación de la Nación reconocen la situación difícil que atraviesan las escuelas infantiles, también admiten que no hay ningún plan concreto de “salvataje” en concreto. Desde el poder legislativo, existen sendos proyectos: uno de un grupo de 16 diputados nacionales del bloque radical, que impulsa un plan para que el Ejecutivo les brinde auxilio económico a los jardines para niños de 45 días a cuatro años de todo el país. Piden que se los incluya como actores del sistema productivo para que puedan acceder a los beneficios que el Gobierno está implementando para varios sectores. 

Y otro de la legisladora porteña Victoria Montenegro (Frente de Todos) denominado Asistencia Económica para Instituciones Educativas de la Primera Infancia, que la asociación Coherencia respalda. Solicita, en concreto, ayuda en montos no menores a $ 300 mil a “las instituciones comprendidas en la ley 621”. 

CP