El anuncio de la flexibilización de los protocolos en escuelas de la Ciudad de Buenos Aires generó quejas de los gremios docentes y un nuevo cruce con el Ministerio de Educación del gobierno porteño, que impulsa la iniciativa. Desde la cartera educativa del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta detallaron exactamente los cambios de los protocolos y aseguraron que los gremios “quieren hacer daño políticamente”.
El jueves 18 de marzo, funcionarios del área de Carrera Docente mantuvieron una reunión con asociaciones y gremios docentes y expusieron los casos de coronavirus a un mes del comienzo del ciclo lectivo. Allí, explicaron que están dadas las condiciones para ser más permisivos en los establecimientos educativos y anunciaron la flexibilización de algunos puntos de los protocolos.
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La semana pasada, el gobierno porteño ya había atenuado dos puntos del protocolo original. En primer lugar, había permitido el uso de pelotas, colchonetas y sogas en clases de educación física y recreos. Luego, había autorizado la posibilidad de que los chicos comieran en la escuela, aunque sin habilitar todavía los comedores.
Ahora, a partir del relevamiento de contagios, donde se informó que registraron 1.215 casos positivos en un mes, la administración evalúa flexibilizar tres aspectos protocolo escolar.
● La posibilidad de habilitar los comedores en escuelas, al menos para que se pueda utilizar la cocina y los estudiantes puedan almorzar comida caliente al aire libre o en espacios ventilados.
● Permitir que los estudiantes puedan quitarse el tapaboca en espacios al aire libre y por períodos cortos de tiempo (no significa que los recreos se van a poder llevar a cabo sin barbijo, sino que establece por un muy corto periodo de tiempo y en espacios abiertos el permiso de quitárselo)
● Re-pensar el escalonamiento de los ingresos y egresos a las escuelas, para facilitar la tarea de aquellas familias con más de un hijo en edad escolar, y que los alumnos ganen más tiempo efectivo en la escuela.
“No es flexibilizar todos los protocolos, sino que es llevar la normativa a lo que sucede en la realidad”, informaron a PERFIL fuentes cercanas a la cartera de Educación de la Ciudad.
Asimismo, explicaron que tuvieron en cuenta la nueva recomendación de los médicos de que "no es bueno que los chicos tengan puesto el barbijo durante tantas horas seguidas". Por ende, propusieron que, en alguna pausa al aire libre, puedan sacarse el barbijo solamente por un lapso muy corto de tiempo.
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El rechazo de los gremios
El Secretario Adjunto de Ademys, Jorge Adaro, apuntó este viernes contra la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires: “Soledad Acuña dijo que el regreso presencial fue exitoso cuando hay más de 1000 casos. Esto tiene un costado claramente perverso".
En diálogo con El Destape Radio, el gremialista alertó que "insisten en relajar las normas cuanto tenemos 900 casos en la ciudad y camino a las 2da ola". Ante esta situación, sentenció: "Vamos a ver qué medidas tomamos frente a la nueva flexibilidad".
Por su lado, el senador y presidente del PJ porteño, Mariano Recalde, se sumó también al cruce de la flexibilización de protocolos en las escuelas: “Es inexplicable la flexibilización de medidas en las clases presenciales. Tenemos que reforzar los cuidados”.
Recalde destacó además que, si bien al principio la Ciudad “estuvo coordinando muy bien con el resto del país”, luego Rodríguez Larreta “decidió diferenciarse y tener un discurso como mínimo ambivalente con respecto a la vacuna, empujado por el sector más duro del macrismo”.
Por último, el legislador se refirió a la pobreza en CABA y concluyó: “El gobierno de la Ciudad está ausente, no solo en las políticas macro. Desde que asumió Larreta, empeoró el presupuesto que tenía Macri del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat. En la ciudad más rica está la mayor desigualdad económica y social de la Argentina”.
CFT/FF
