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Daniel Filmus: “Estamos frente a una política de destrucción de la ciencia y de la educación”

El ex ministro de Educación, Ciencia y Tecnología participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Comunicación de la Universidad del Sur de Buenos Aires. La posible auditoría a las universidades públicas. Y el futuro del Coniciet.

Daniel Filmus participó del Ciclo de Entrevistas de USBA
Daniel Filmus participó del Ciclo de Entrevistas de USBA | CEDOC - Perfil

Daniel Filmus participó de una conferencia de prensa organizada por estudiantes de la Facultad de Comunicación de la Universidad del Sur de Buenos Aires (USBA) dependiente del Grupo Perfil. Donde se refirió a la crisis que atraviesa el sistema educativo. “Milei cree que solo sirve para adoctrinar y que los que la quieran, paguen por ella. No cree en la educación como una institución que permite igualdad de posibilidades”, sostuvo.

El ex ministro de Educación, Ciencia y Tecnología también se expresó a favor de un control de los recursos educativos. “Las auditorias son bienvenidas y cuanto más transparente sea el uso de los recursos, va a ser todo más saludable”, aseguró Filmus, en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, Vicerrector de USBA.

Daniel Filmus en el Ciclo de Entrevistas de USBA

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—Luego de la media sanción en Diputados de la Ley Bases, ¿Qué considera que pasará con el CONICET de aprobarse definitivamente esta ley?

Primero hay que decir que en la ley ómnibus original había todo un capítulo respecto al tema educativo que fue sacado por la resistencia que generó. El más grave de todos tenía que ver con que a partir del segundo ciclo de la escuela primaria, los chicos podían no ir a la escuela y estudiar desde casa, a través del mecanismo del homeschoolling y más grave aún lo que se llama 'unschooling', que significaba no seguir con los programas oficiales. En la cuestión que hace a la ciencia, también hubo cambios importantes. Se incluyó en esta nueva versión, la excepción en la disolución del CONICET, entre otros organismos. Pero lo que pasa es que por fuera de esas excepciones, el artículo 3 permite disolución de organismos públicos. Con lo cual, uno podría pensar que el CONICET no se va a disolver, pero resulta que ese artículo no pone excepciones cuando se habla de cambios de orientaciones. Entonces, podría seguir el organismo, pero sufrir diversas modificaciones y también perder el ingreso de investigadores. Yo creo que estamos ante un atentado contra la ciencia. Es una situación muy preocupante. Mi teléfono arde con toda la comunidad científica, principalmente del interior del país que tienen organismos que son federales, como del agua, antártico y tienen mucho miedo con estos artículos. Hoy es un día muy importante para la ciencia, por eso venía en el auto escuchando la radio y siguiendo de cerca el tema. Va a depender de la capacidad de resistencia que tengamos porque el Presidente ya ha dicho y está en la base de la corriente económica de la escuela austríaca que la ciencia no tiene que ser sostenida por el Estado.

—A raíz del ajuste del Gobierno, la educación pública y las declaraciones que han habido a lo largo de estas últimas semanas, ¿usted cree que Javier Milei odia la educación pública y si es así a qué se debe?

La verdad me preocupa poco cuál es el sentimiento que tiene Milei con la educación. Sí me preocupa la teoría que está detrás de las políticas que lleva adelante. Acabamos de sacar un libro que se llama “Afuera”, escrito por varios de los intelectuales más importantes del país, donde justamente se analiza qué piensa el anarcocapitalismo de la ciencia, educación. La esencia de esta corriente, dice que hay que distinguir educación de escolaridad. No debiera haber educación sino escolaridad y a cargo de los padres. El anarcocapitalismo condena al sistema educativo porque transmite adoctrinamiento, por eso vemos a Milei repetir esto. Estamos en Democracia y eso no existe, pero la idea según ellos es que el Estado no tiene que hacerse cargo de la educación ni financiarla y como dijo Benegas Lynch, la educación no tiene que ser obligatoria. Si el chico tiene que trabajar o el padre lo necesita que se quede en la casa. Argentina puso la ley 1420 bajo el Gobierno de Roca, donde establecía la educación obligatoria, mientras en Brasil todavía existía el esclavismo. Hay solamente cuatro países en el mundo donde la educación no es obligatoria. Bueno eso piensa Milei. No sé si la odia o no, cree que solo sirve para adoctrinar y los que quieren educación que la compren y si no podes, tendrás que hacer otras tareas. No cree en la educación como una institución que permite igualdad de posibilidades y movilidad ascendente. Más allá de si la odia o no, lo que nos preocupa es el tipo de políticas que quiere aplicar.

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—¿Usted cree que Javier Milei efectivamente no cree en la obligatoriedad de la educación?

Bueno yo en el libro pongo todas las citas de los autores que él lee y no queda solamente en las teorías liberales tipo Friedman. Cuando buscas todos los demás, también dicen eso. Es la esencia de su pensamiento. Por eso decía que se vendan órganos. Uno de los artículos del libro, toma a uno de los clásicos del anarcocapitalismo y habla hasta de la venta de chicos. Si hay un padre que tiene chicos de más y otro que necesita, lo mejor es que haya un mercado de chicos. Por eso digo que no es solamente el pensamiento de Milei. Hay una teoría por detrás y que no se utilizó en ningún país del mundo. En lo ideal, si pudieran avanzar en la no obligatoriedad de la educación, lo harían. Estaba en la ley ómnibus original. Yo soy académico en la sociología y economía de la educación, conocía de estas ideas, pero siempre pensé que eran teorías no aplicables. Evidentemente me equivoqué y alguien escribió eso. Nosotros sacamos una ley de educación Nacional cuando fui ministro y establecía que a partir de los 16 estás en condiciones de recibir educación a distancia, pero muy lejano a lo que plantea Milei de poder quitarle obligatoriedad o pensar que se adoctrina.

—Durante la marcha que tuvo lugar el pasado martes, el legislador porteño Ramiro Marra declaró que cree que se le está dando mucha importancia al financiamiento de las universidades y no se está poniendo el foco en cuestiones como la "deserción escolar". Como ex ministro de Educación, ¿qué le respondería?

No tiene que ver una cosa con otra. Cuando uno habla de deserción escolar está hablando de escuela primaria y en Argentina es casi nulo. En la ley 1420 que salió en 1884 nosotros llegamos a tener una escolarización casi del 100%, recién 100 años después y de forma federal. La finalización de la primaria es altísima. El tema de la deserción empieza en secundaria y ese es uno de los temas centrales. Por eso la ley nuestra puso obligatoria la secundaria. Hay que garantizar las dos cosas. El financiamiento de la universidad porque si no no tenemos ningún destino y además está en la constitución, no es algo que puede decidir un Presidente. La constitución habla de una universidad gratuita y autónoma. Y también el tema de la deserción ya que no hay nada peor para la pobreza que el no estudiar.

—¿Por qué se lo critica al gobierno por querer auditar a las universidades públicas?

Nunca escuché una crítica por querer auditar las universidades. Por constitución y por ley, la Auditoría General de la Nación audita permanentemente y cada ministerio audita cada programa que hace con sus universidades. Más aún, tenemos seguros para garantizar que esa plata se utilice para lo que la damos. Además, la AGN ya dijo que tiene la capacidad para hacerlo. No escuché desde las universidades eso, de hecho si hay alguna universidad que haya cometido algún delito o malversación de fondos, tiene que ser castigada. Cuando apenas asumió Macri hubo un fiscal que denunció a todas las universidades porque se había discrecionalmente entregado plata, pero fue porque se había aumentado el presupuesto por cuestiones inflacionarias. Es algo que pasa con todos los organismos cuando la inflación te gana y supera lo que proyectaste en un principio como país. Ninguna universidad salió que había malversado fondos después de esa investigación. Así que bienvenida las auditorías, es todo más saludable y más transparente.

—Estamos frente a un gobierno que recorta la educación pública, que quiere intervenir en las autoridades de la universidad. Para encontrarnos en un escenario similar a esta situación, ¿El gobierno le hace acordar a la Noche de los Lápices?

No y sí. No, porque no es lo mismo una dictadura que una democracia. Se puede no estar de acuerdo, pero fue elegido democráticamente, el congreso está funcionando. Se puede no estar de acuerdo pero hay que defender la institucionalidad democrática. Por ejemplo, en el estatuto del CONICET, hay algunas cosas que se establecieron en momentos autoritarios en el país. Asi que lo primero que te diría es no porque no equiparo ninguna política de un gobierno democrático con uno dictatorial, aunque haya algunos aspectos similares. Cuando pasó eso que el Estado intervino en la universidad pública, entrando en la facultad de exactas, el policía le pegó al decano de la universidad. Con el tiempo esa dictadura se llamó dictablanda, porque en comparación con la de 1976 fue otra cosa, a pesar de este tipo de cosas. Nuestra constitución impide atentar contra la autonomía de las universidades, por eso hay que defender la democracia sea cual sea el gobierno. En 1966, 1300 científicos se fueron de la universidad, muchos de los cuales se fueron a Brasil y otros países.

—Marcando esta diferencia que decís con respecto a un gobierno militar y este gobierno democrático, al principio decías que es un atentado contra la ciencia lo que estamos viendo. ¿Se podría decir que desde La Noche de los Lápices la ciencia no está tan amenazada en la Argentina?

—No, porque en el medio de la noche de los lápices pasó la dictadura del 76 y fue mucho más feroz con la ciencia que lo que estamos viendo hoy. Nosotros podemos discutir el ataque a partir del ajuste y lo que yo planteo es que estamos frente a una política de destrucción de la ciencia y educación, que es diferente a una política de ajuste. Por ejemplo, en el Gobierno de Macri, pasaste del 6% del PBI, al 4,8 en educación y en la ciencia pasaste del 0,35 al 0,22. Pero no estuvieron en juego los organismos. Hoy con lo que se acaba de votar, sí están en juego. Para hacer una comparación, Argentina solo invierte el 0,33 del PBI en ciencia y este año va a quedar en 0,20. Va a ser un desastre. Brasil invierte el 1,15 y su PBI es cuatro veces el nuestro. El 30% de los becarios ya pidieron irse del país. Hoy tenemos menos doctores egresados de los doctorados que hace cinco años porque en la época de Macri, bajaron el número de los ingresantes. Lo que se está cortando hoy es menos doctores para dentro de cinco años. Quedan los de hoy y hay que ver si llegan porque sin insumos y demás es muy complicado.

—Agradecemos su participación en este Ciclo de Entrevistas de la Universidad del Sur de Buenos Aires y te damos la posibilidad de cerrar con un comentario final

Es muy importante estudiar la carrera de ustedes. Comunicar y tener la posibilidad es fundamental. Es uno de los temas que sí miro con una perspectiva de mercado, no estaría tan seguro que fueran elegidas por este Gobierno, pero es fundamental el estudio, trabajo y ser lo más serio y transparente con la realidad, dejando de lado la ideología. Respecto a la información es imprescindible, en un mundo donde las redes y fake news abundan.

 

Por Agustín Mera y Pablo Amador
Estudiantes de la Facultad de Comunicación
Universidad del Sur de Buenos Aires (USBA)