—Tras la condena a Cristina Kirchner, usted dijo: “Prefiero el mal menor de un candidato corrupto y no el mal mayor de la proscripción”. ¿A usted no le molesta la corrupción?
—Claro que me molesta. Yo enfrento a los presidentes corruptos y no, no quiero eso para nuestro país. Pero no tengo duda de que la condena a Cristina es una condena política. Porque aunque en su gobierno ha habido hechos de corrupción gravísimos, y entiendo que hay una responsabilidad personal en la propia Cristina, también veo que ocurrió lo mismo bajo gobierno de Macri y no hay investigación ni condena. También, ocurrió bajo gobierno menemista y no hubo investigación ni condena. De hecho, Menem terminó amparado en fueros en el Senado. Y también hay corrupción bajo gobierno de Milei. Quiere decir que cuando la justicia actúa con una doble vara, yo no puedo pensar que esa doble vara tiene que ver con que acá hubo corrupción y antes no, sino con que se juzga solamente a un gobierno determinado. Por eso digo, no vamos a tener un saneamiento democrático de honestidad en Argentina cuando un corrupto juzga otro corrupto. Eso es lo que tenemos ahora.
—En relación a causas judiciales por corrupción, al PO se lo denunció por manejos fraudulentos en la administración de comedores populares y planes sociales, incluso se inició una causa contra Eduardo Belliboni. ¿Cuál es su opinión al respecto?
—Bajo el gobierno de Milei, se habrán allanado no menos de cien comedores populares. Así que a los sectores que más empobreció, se los allanó. No sucede lo mismo con la corrupción capitalista, que es escandalosa y que abarca el propio gobierno nacional, en particular al Presidente y a su hermana. Me refiero al caso de Libra. Mientras no se constituye una comisión en el Congreso para investigar el caso Libra, en el caso del Polo Obrero en menos de un año, el caso ya fue elevado a juicio. Por eso llama la atención la desigualdad en estos casos. Yo tengo la completa convicción que esto es una persecución política. Durante la etapa de instrucción se negaban derechos procesales básicos, de derecho a la defensa. Por ejemplo, a los compañeros del Polo Obrero no se les permitió presentar testigos. Hubo presentaciones ante la Cámara y ante la Corte Suprema, que aún no se pronunció. Es un caso claro de persecución.

–Desde la izquierda se cuestiona mucho este modelo que viene implementando el Gobierno, con destrucción de puestos de trabajo y freno al consumo. En 2001 se cultivó una crisis social similar. ¿Usted cree que Milei puede terminar su presidencia como finalizó la de Fernando de la Rúa?
—Es inevitable que Milei termine como De la Rúa. Es casi inevitable. Este gobierno termina mal, inevitablemente. Pero hay dos formas para que esto termine mal, hay dos hipótesis. Si le va bien a Milei, al pueblo le va a ir mal. Si pensamos que a Milei le va bien, entonces implementa una reforma laboral como promete ahora. ¿Qué supone eso? Menos derechos laborables. Hace una reforma provisional, vuelven las AFJP, entonces nos va a ir mal. Hace una reforma impositiva, nos va a ir mal. Es decir, si a Milei le va bien, al pueblo le va mal. Por lo tanto, terminamos mal. Y si a Milei le va mal, que parece ser lo más probable si miramos toda la situación económica que existe, esta bicicleta financiera escandalosa y el endeudamiento a corto plazo, en ese caso lo más probable es que terminen con este flujo financiero, entonces al pueblo también le va a ir mal. Porque cuando uno ve lo que pasó en el 2001, tiene que concluir que esos estallidos financieros los paga el pueblo. El nivel de mayor pobreza de Argentina que existió en las últimas décadas fue en el 2002, cuando llegó al 65%. Por todo eso, no veo la forma en que esto termine bien. Y, a la vez, hablamos de un gobierno, que no tiene válvula de escape y que todo el tiempo tira del piolín. Y bueno, cuando, vos tiras mucho del piolín, en un momento se corta el piolín. Y este gobierno tira mucho del piolín.
—Las propuestas que viene ofreciendo electoralmente la izquierda no han tenido mucho apoyo en las elecciones. ¿Hay algo nuevo que ustedes propongan en esta campaña electoral?
—Nosotros somos todo lo contrario a Milei. Cuando Milei quiere hacer una reforma laboral para quitar derechos a los trabajadores, nosotros queremos blanquear el conjunto de trabajadores. Un blanqueo general de trabajadores supondría de inmediato un incremento de los fondos que ingresan al Anses, serían unos 7 millones más de trabajadores que aportarían a Anses. Eso permitiría un crecimiento de las jubilaciones muy significativo. Hay que aumentar las jubilaciones de inmediato porque están en un nivel de miseria. Cuando Milei quiere terminar con la obra pública, nosotros queremos mantener un plan de obras públicas. El plan de obras públicas es importante, primero porque sin obra pública tenemos un país que se descapitaliza. Se necesita la obra pública, especialmente en la vivienda, pero también en infraestructura general, en camino, rutas, ferrocarriles. Pero, además, un plan de obra pública moviliza la economía y crea empleo. Este es un tema clave. ¿Cómo se financia? Plantearíamos un comercio exterior en manos públicas, para una relación con el mundo distinta a la que tiene Milei. La relación de dependencia es RIGI, así que haríamos una economía planificada. Pensemos que somos el país más endeudado con el FMI del mundo. Tenemos una deuda que dejó Alberto Fernández de unos 45.000 millones, a esto se agrega una deuda de 20.000 millones nuevos, son 65.000 millones de dólares. Pero no sabe en qué se invirtió. No hay más hospitales, no hay más colegios, no hay nada. Por eso, proponemos un sistema financiero en manos públicas. El sistema financiero argentino es un grupo de ladrones que no gobiernan. Están haciendo guita con esta tasa de interés que les da el Gobierno. Mientras la paritaria que consiguen los bancos es del 4,48% mensual, la paritaria de un trabajador de Garrahan es el 1,1%. Gobiernan para los bancos.
—Le agradecemos su participación en este Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Comunicación de la Universidad del Sur de Buenos Aires y le damos la posibilidad de cerrar con un comentario final.
—Les agradezco otra vez la invitación. De cara a las elecciones que vienen, llamo al electorado a darle legitimidad con el voto a la izquierda y a darle también legitimidad popular a la lucha contra el gobierno de Milei.
Lorena Ramírez y Lourdes Monzón Domé
Estudiantes de Comunicación
Universidad del Sur de Buenos Aires (USBA)