A la hora de aprender a hacer algo, parece bastar con entrar a YouTube, buscar un tutorial y animarse a llevarlo a cabo. Así parece a simple vista, pero en verdad solo es viable si se cuenta con una base de conocimientos que nos permita encontrar y decodificar la mejor información.
El inminente reinado de los videos tutoriales y el acceso de contenidos vía internet crearon la ilusión generalizada de que cualquiera puede enseñar. Si bien a veces esto se acerca a la verdad, el problema radica en que, al no contar con estrategias didácticas que permitan abordar los temas con rigurosidad científica, la explicación producida no siempre basta para ser comprendida.
Es cierto que la disponibilidad de materiales diversos a un click de distancia hace que la construcción del conocimiento sea diferentes. Sin duda, la tecnología está cambiando el mundo que conocemos a una velocidad a la que no estamos acostumbrados. Nos acostamos con una realidad y nos despertamos con otra. En el medio, se encuentran las escuelas, los directivos y los docentes que requieren una formación distinta para educar estudiantes que deberán moverse en una realidad dinámica.
Frente a este complejo escenario, el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) creó un programa de cursos para docentes, en su mayoría online, orientados a inteligencia artificial, Big Data, programación, internet de las cosas, fabricación digital, realidad aumentada e impresión 3D. Durante 2018, 37 mil docentes se capacitaron, y en lo que va de 2019 ya lo hicieron otros 40 mil.
Tal fue la repercusión y respuesta que este año se abrió un bimestre más y el curso de impresión 3D, antes presencial, se convirtió en una propuesta virtual para que todos los docentes del país puedan formarse. El curso se volvió un denominador común que enlazó propuestas de cursos en conocimientos digitales y la entrega de más de 5 mil impresoras 3D a toda la educación técnica del país.
“La impresión 3D es una de las tecnologías digitales aditivas que encabeza la revolución de la industria 4.0. Saber imprimir en 3D es como saber agarrar el lápiz,” dice Judit Schneider, responsable de Formación Docente Inicial y Continua del INET. “Pero no queremos que solo sepan eso. La transformación en la educación técnica no puede ser del codo hacia la mano aprendiendo a manipular objetos tecnológicos, sino de la cabeza hacia la mano, trabajando el pensamiento de diseño”, añade.
Además del equipamiento, el INET puso a disposición de los decentes una web con modelos de robótica. Los equipos entregados cuentan con una serie de modelos básicos y las escuelas añadieron otros más complejos para trabajar con sus estudiantes en proyectos específicos según su orientación.
