EDUCACIóN
Más allá de las aulas

Romper las barreras territoriales

Durante los últimos años, las carreras de educación a distancia fueron aumentando y cada vez son más los que eligen esta modalidad educativa, que hoy se apoya en la diversidad de recursos que la tecnología brinda. En nuestro país, más de 160 mil alumnos estudian carreras a distancia que ofrecen las universidades públicas y privadas. Frente a este escenario de expansión y crecimiento, la normativa actual establece que estas opciones educativas deben ser evaluadas y aprobadas en forma oficial para que sus contenidos sean equivalentes a los de las carreras presenciales.

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| Imagen de Juraj Varga en Pixabay.

El desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) ha generado, entre otras consecuencias, nuevos espacios de formación y nuevas posibilidades didácticas y pedagógicas. En la actualidad, existen cada vez más experiencias educativas que trascienden los límites de las aulas, dado que muchas universidades fueron incorporando la modalidad de educación a distancia, producto de demandas actuales vinculadas con la necesidad de tiempos y lugares alejados de la tradicional forma de estudiar. 

Es cierto que la educación a distancia no es un fenómeno actual. Pero lo que antes era aprender por correspondencia se fue transformando con el apoyo de los medios electrónicos y digitales. La innovación tecnológica ha permitido reducir la distancia, y ha sido clave en el avance y el enriquecimiento de una educación no presencial. Hoy, desde un celular o una computadora es posible estudiar, traspasando así las fronteras de los espacios educativos y derribando las barreras territoriales.

Las limitaciones que impone el ritmo de vida actual no son un impedimento a la hora de aprender, dado que la modalidad de educación a distancia posibilita que los alumnos manejen sus propios tiempos desde cualquier lugar. “En definitiva, las nuevas tecnologías nos obligan a pensar a los estudiantes de modo diferente”, señala Paulo Falcón, director de Gestión y Fiscalización Universitaria del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología (MECCyT). “Ya ingresaron a las universidades jóvenes que nacieron en el siglo XXI, es decir, personas que durante toda su vida han vivido con Internet. En función a ello, hay que pensar en cómo enseñamos, cómo fortalecemos la función docente y de qué modo se potencia y enriquece el aula. Las tecnologías cambiaron nuestras vidas y, sin duda, han impactado y seguirán impactando en la educación universitaria. Hoy, muchas de las carreras cuentan con componentes virtuales o complementan la presencialidad con la virtualidad”, afirma.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) de 2017, más de 160 mil alumnos estudian carreras de pregrado y grado a distancia en Argentina. A su vez, estadísticas de 2019 arrojan que existen 630 carreras que se pueden estudiar en universidades públicas y privadas bajo esa modalidad, y las carreras más elegidas por los alumnos son Abogacía (33.928 estudiantes), Contador Público Nacional (17.919), Gestión y Administración de Empresas (13.099), Martillero Público (10.364) y Ciencias de la Educación (8.986).

Una de las instituciones que incursionó primero en este terreno es la Universidad de Buenos Aires (UBA), que desde 1986 cuenta con el Programa UBA XXI, un proyecto que incorporó en el ámbito universitario de nuestro país la modalidad de educación a distancia. La Universidad Nacional de Quilmes también es pionera en llevar sus aulas a la web. En 1999 creó la Universidad Virtual de Quilmes (UVQ) y se convirtió en la primera bajo esa modalidad en todo el territorio nacional.

 

UN PASO ADELANTE EN MATERIA DE CALIDAD

En 2017, el entonces Ministerio de Educación y Deportes de la Nación aprobó la Resolución 2641 para la regulación de la educación a distancia, que derogó otras normas vinculadas a ella. Bajo la nueva reglamentación argentina, las universidades deben tener un “Sistema Institucional de Educación a Distancia” (SIED), que es evaluado y acreditado por la CONEAU (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria). A su vez, para garantizar su mejoramiento, los sistemas ya validados deben ser evaluados cada seis años.

El SIED es un conjunto de acciones, normas, procesos, equipamiento y recursos humanos y didácticos que permite el desarrollo de las propuestas educativas a distancia, y cada universidad define en él cómo concibe la modalidad y los aspectos de una carrera.

“De 132 universidades, casi 100 se presentaron a evaluar y 70 ya tienen su Sistema Institucional de Educación a Distancia aprobado. Con esto se garantiza responsabilidad de la universidad que debe sostener su SIED, al tiempo que se asegura la calidad con las evaluaciones periódicas de la CONEAU para poder desarrollar su actividad a distancia”, explica Falcón.

La normativa actual establece, por otra parte, que las carreras desarrolladas mediante la modalidad de educación a distancia, cuando tuvieren versiones en modalidad presencial, deben tener el mismo plan de estudios, carga horaria, denominación del título y alcances que éstas, y en los diplomas y certificaciones a emitir no se hará mención de la opción pedagógica de que se trata.

Para que una carrera sea considerada de educación a distancia, se requiere que la cantidad de horas no presenciales supere el cincuenta por ciento de la carga horaria total prevista en el plan de estudios.

La Resolución 2641 también determina que la educación a distancia es “la opción pedagógica y didáctica donde la relación docente-alumno se encuentra separada en el tiempo y/o en el espacio, durante todo o gran parte del proceso educativo, en el marco de una estrategia pedagógica integral que utiliza soportes materiales y recursos tecnológicos, tecnologías de la información y la comunicación, diseñados especialmente para que los alumnos alcancen los objetivos de la propuesta educativa”.

A su vez, la norma especifica que “quedan comprendidos en la denominación educación a distancia los estudios conocidos como educación semipresencial, educación asistida, educación abierta, educación virtual y cualquiera que reúna las características indicadas precedentemente”.

La innovación tecnológica ha permitido reducir la distancia, y ha sido clave en el avance y el enriquecimiento de una educación no presencial. Hoy, desde un celular o una computadora es posible estudiar, traspasando así las fronteras de los espacios educativos y derribando las barreras territoriales.

 

UN CAMPUS VIRTUAL QUE REÚNE TODAS LAS CARRERAS

Para avanzar aún más en materia de educación a distancia, a partir de una propuesta formulada por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) firmó este año un acuerdo para crear el consorcio “Campus Virtual Universitario Nacional”, una plataforma que nucleará todas las ofertas académicas.

El objetivo principal es crear una herramienta para fomentar el acceso y la cobertura de la educación superior en todo el país, facilitar la creación de carreras multidisciplinarias y de múltiple titulación, y facilitar los programas de reconocimiento de trayectos formativos de las universidades públicas argentinas, promoviendo la movilidad estudiantil con estándares conjuntos de competencias y destrezas adquiridas, sin perjuicio de los parámetros que impone la autonomía universitaria.   

Para la puesta en marcha de la plataforma se constituyó una comisión especial presidida por el rector de la Universidad Nacional de Quilmes, Alejandro Villar, cuyo campus es uno de los más avanzados y desarrollados del país. A su vez, está integrada por representantes de la UNC y el CIN.

En la actualidad, el Campus está en desarrollo y se estima que estará disponible a fin de año. Allí se podrán buscar planes de estudio, modos de cursada y de evaluación a partir de filtros por universidad, áreas de conocimiento y tipos de programa.  Así, se pretende integrar en una plataforma la vida universitaria con la incorporación de bibliografía obligatoria y complementaria, contenidos multimedia (simuladores, videojuegos, laboratorios, podcast, etc.), trayectorias académicas de los estudiantes, sala de videoconferencia, foros de consulta, entre otros recursos necesarios para el desarrollo de la educación superior.