En la Fórmula Uno pareciera no existir esa rivalidad histórica que sí se da en el fútbol entre Argentina y Brasil. Y eso se percibe en lo que genera entre los argentinos fans del automovilismo la figura de Ayrton Senna. Es cierto que en la F-1, Brasil aventaja a los argentinos por la cantidad de competidores que ellos aportan a ese deporte de elite.
El 1º de mayo se cumplieron treinta años de la trágica muerte de Ayrton Senna en el circuito italiano de Imola. Y así como sucede en Turín, Rio de Janeiro y San Pablo, en Buenos Aires el famoso corredor tiene un espacio –abierto al público– donde se le rinde homenaje. En la sede diplomática de Brasil, el jueves se abrió Senna por siempre, organizado por la embajada de dicho país y la Fundacion Fangio.
Un argentino que fabrica réplicas de autos de Senna y Prost.
Y hay un motivo para unir a estas dos míticas figuras de la Fórmula Uno, Ayrton Senna siempre manifestó su admiración por Juan Manuel Fangio, quíntuple campeón mundial. En la preapertura, Mauricio Dias Favero –ministro de la embajada de Brasil–, Juan José Carli, presidente de Fundación Fangio, y Mauricio Gallardo, periodista especialista en Fórmula Uno, dieron tres miradas sobre Senna.
Dias Favero, diplomático de rango de Brasil, dejó el traje de funcionario y habló como un fan al recordar que había que muchos chicos y adolescentes brasileños –como lo era él- se despertaran temprano los domingos con esa ansiedad que daba saber que Senna disputaba una carrera. “Su nombre es sinónimo de memorias de alegría y de excitación”, dijo. Ante más de cien personas entre las que estaban Cora Reutemann, Cocho López, Esteban Tuero, y Manuel Andújar, el diplomático explicó que Ayrton decidió usar el apellido materno porque fue su madre quien apoyó su decisión de ser corredor; no su padre quien quería que siguiera en la empresa familiar.
Max Vestappen corrió en un auto que tenía un particular detalle argentino.
La idea inicial de la Embajada de Brasil era traer para la muestra uno de los autos que Ayrton Senna manejó en la Fórmula Uno pero no fue posible. A cambio trajeron un vehículo –no de F-1– que tiene una historia interesante que, incluso, involucra a Carlos Alberto Reutemann. Se trata de un Mercedes Benz 190 E 2.3-16 que fue protagonista de la Carrera de Campeones que se disputó en 1984 en el autódromo de Nürburgring (Alemania).
Esa carrera la organizó la mencionada automotriz alemana con figuras de la Fórmula Uno mundial. Por eso convocaron, entre otros, al argentino Carlos Reutemann quien hacía dos años se había retirado del automovilismo profesional. Según explicó el diplomático Mauricio Días Favero, por entonces “Ayrton Senna era un desconocido”. Por eso, él no estaba en el listado de elegidos por Mercedes Benz que quería a otro brasileño, Emerson Fittipaldi. Como éste no pudo, él impulsó a Senna.
¿El resultado? Por más que el austríaco Niki Lauda lo intentó, quedó segundo; Carlos Reutemann, tercero, y Ayrton Senna, primero. Mercedes Benz, según el relato del diplomático, no estuvo contento con el resultado por lo antes mencionado, es decir, Senna no era lo famosos que ellos necesitaban. Igualmente, como se explica en la exposición, la empresa alemana logró que ese modelo de auto se convirtiera en “ícono moderno de la automoción”.