Máxima discreción rodeo a la boda del hijo mayor de Marcelo Mindlin. “De fiesta... hoy no trabajo, soy una invitada más”. Así posteó en su cuenta de una famosa red social Bárbara Diez, la esposa de Horacio Rodríguez Larreta. Y no mentía. Ella y su marido fueron los únicos invitados reconocibles del escenario político oficialista presente en el megacasamiento de Nicolás, el hijo mayor de Marcelo Mindlin. Ni siquiera estuvo alguno de los hermanos Calcaterra, a quienes Mindlin les compró la polémica empresa Iecsa. Bajo perfil fue lo que dominó todos los preparativos y la logística de esta fiesta del primogénito –tiene otros dos hijos varones– de uno de los empresarios que integran el listado de los favoritos del presidente Macri. La ceremonia fue el sábado 17 de marzo a la 20.30 en Belgrano, en el templo de la calle Arribeños que pertenece a la comunidad Amijai. La siguiente locación fue en Puerto Madero, en el hotel que desde su reciente inauguración se convirtió en el preferido de la colectividad judía: el Alvear Icon. Allí, Mindlin tomó todos los salones del subsuelo para recibir poco antes de la medianoche a los 450 invitados a la fiesta. Impecable decoración, sin excesos ni ostentación; tampoco hubo bandas pero sí una plataforma sobre la que trabajó un equipo de cinco djs y una pantalla gigante como toque techie en una celebración donde los jóvenes, naturalmente, sólo quieren divertirse a lo grande. Con respecto a los regalos, no hubo listado de obsequios en casas de decoración y negocios por el estilo, sino una cuenta para aportar a la luna de miel de Nicolás y Daiana Cwik, e incluso para algunas de las excursiones que planean hacer durante la misma. El bajo perfil de la familia fue respetado por los invitados, que no subieron a redes sociales imágenes de la megacelebración que, probablemente, podrían afectar la imagen del mayor empresario energético de la Argentina en un escenario como el presente: lanzamiento de nuevos tarifazos. El efecto megacumpleaños de Alejandro Roemmers está presente entre los empresarios y el Gobierno.
La alternativa soy yo. “La ex presidenta ha tomado la decisión de dirigir Unidad Ciudadana, que es un espacio diferente al peronismo”, dijo Juan Manuel Urtubey al tiempo que comunicó que no estará en un encuentro de senadores peronistas en Entre Ríos. “Y es legítimo que Cristina Kirchner lo haga porque no hay que pretender impostar ni pretender que haga algo distinto a lo que se siente, se piensa o se quiere”. Y aclaró otra vez que él busca ser una alternativa.
Bajo perfil en el W20. La vorágine de este 2018 hace que resulten lejanas las semanas que tuvieron a varios integrantes de la familia Triaca como protagonistas de noticias con ribetes escandalosos. Uno de esos capítulos tuvo a Lorena Triaca como actriz principal, hasta terminar convertida en una de las únicas parientes de funcionarios que renunció a su cargo cuando Macri impulsó su enunciado contra el nepotismo. Una ola que no llegó ni a generar espuma ya que solo arrastró a doce de los casi sesenta familiares de los que se esperaba un paso al costado. Con ese bajo perfil que antes tenía, Lorena Triaca participó la semana que pasó en la jornada de temática de género del W20 que se realizó en el Palacio San Martín y de la que fueron oradoras en distintos paneles Carolina Stanley, Susana Balbo y Pedro Villagra.
Visitante incansable. Agotados es poco. Así quedaron quienes fueron anfitriones de la visita de Rafael Correa a Buenos Aires. Y el punto de quiebre fue la noche donde al ex presidente de Ecuador lo agasajaron en el Café de las Palabras, también conocido como la “peña del peronismo/kirchnerismo resistente”. Lo que comenzó siendo una sobremesa con algunos cantantes y amigos se transformó en una rockola viviente. Es decir, en lugar de monedas, la “activación de las canciones” se hacía con las preguntas querendonas de Correa: “¿Se acuerdan de...?” o ¿Cómo era la canción que decía...?” Y así se sucedieron casi dos horas de canciones en continuado y esa noche –la más extendida de todas– terminó a las 3.30.