Marcos Peña abrió los ‘Almuerzos para pensar’ del Rotary. La semana que pasó Marcos Peña tuvo también una agenda que lo ubicó como orador central en reuniones como la que organizó el Rotary Club para relanzar su ciclo de almuerzos 2018. Aún cuando en el salón del Sheraton Libertador había algunos comensales a los que las frases de Francisco Cabrera sobre el rol de los empresarios en la coyuntura pudo haber molestado, el clima general fue tranquilo. Incluso con aplausos al cierre de algunas frases. Apenas en un momento, un invitado quedó solo al celebrar que el tema del aborto se trate en principio en el Congreso y que sea allí donde se defina si es necesario un plesbicito. En ese marco Peña aprovechó para explicar la reciente salida de Alberto Abad de la AFIP. “No tiene nada que ver con los casos de Melconian o Prat-Gay. Abad es un ser humano extraordinario, un excelente funcionario, un emblema del servicio público en Argentina; él, expresó en todos los medios su visión de lo que pasó y nosotros también. Y sin embargo hay como una necesidad de buscar un metamensaje (...) Alberto decidió retirarse después de 35 años de servicio público....y los que hayan escrito otra cosa tendrán sus motivos pero hemos sido muy claros que no es correcto lo que han dicho; el trabajo en equipo ha sido extraordinarion con él y realmente no hay ninguna otra razón...Si hubiera sido por nosotros, nos hubiera encantado que siguiera mucho tiempo más.”. También retomó un concepto que ya usara para defender a
Luis Caputo y sus off shore; en esta caso lo hizo para respaldar a Leandro Cuccioli, sucesor de Abad en la AFIP, hombre del equipo de Caputo. “Todos los casos que se han planteado salvo el de (Jorge) Triaca, que no es un caso de corrupción a nuestro entender, tienen que ver con la vida pasada de los funcionarios que ingresaron y en todos los casos se han aclarado perfectamente que no tienen ningún tipo de omisión ni de delito. Por eso, a veces hay poca responsabilidad cuando, por ejemplo, se habla de ‘Caso Cuccioli’... A ver, no hay un caso, sí el manchar permanentemente a gente muy valiosa, que tenía mucho para perder, que se mete en el Estado para cambiar las cosas, que es intachable su conducta en el Estado pero aun así se quiere discutir de ‘el caso’... El único negocio de eso es igualar y que se piense que son todos corruptos.” Finalmente defendió la buena relación que el PRO/Cambiemos construyó y que mantiene con Elisa Carrió y la UCR y apurado por la conductora de la charla sobre si en 2023 se ve como candidato presidencial, Peña dijo que no era su intención ni la de varios del equipo quedarse para siempre en el poder.
Con mentores asi...
Claudio Bonadío es uno de los jueces que, además de integrar la famosa servilleta de Carlos Corach tuvo casi tantas denuncias –luego desestimadas– en el Consejo de la Magistratura como Norberto Oyarbide. Y en los tiempos presentes su quehacer sigue siendo por demás cuestionable. Sin embargo la semana que pasó fue uno de los oradores con espacio destacado en las comisiones donde se discutieron propuestas para la transformación de los poderes judiciales.
Todo pasa...todo. Uno, rodeado. El otro, solo. Separados por pocos metros, dos veteranos hombres de negocios que brillaron como nunca en los tiempos kirchneristas, almorzaban en el restaurante de un conocido hotel de Recoleta. En el sector del reservado, flanqueado por quienes parecían sus nietos –todos tenían entre 20 y 25 años–, comía algo abstraído en sus pensamientos Enrique Eskenazi, creador del Grupo Petersen y ex “experto en mercados regulados”, lo que le abrió las puertas de ingreso al accionariado de YPF gracias a Néstor Kirchner. Cerca, aunque ya en el salón general de dicho espacio gastronómico, almorzaba sin compañía Osvaldo Cornide, el ex líder de la CAME, otro de los que debe añorar un pasado ya no tan reciente.
Tensa calma. En Cancillería hay tensión: funcionarios de carrera perciben que Jorge Faurie acepta calladamente recorte de funciones que ellos están capacitados para atender, muchas de ellas relacionadas con la organización del G20.
