Una presentacion con bloopers de los Larreta y Mahler. Una apuesta interesante realizó está semana el gobierno porteño. La misma se concretó con un acto en salón del Jardín Botánico y fue la presentación de cómo será Calle Corrientes Peatonal, infomración que primició PERFIL hace una semana. Pero cuestiones de último momento dieron origen a un par de inesperados blooper. El primer traspié lo tuvo Angel Mahler, cuando anunció el video que habían filmado los actores que apoyaban esta reforma en tan teatral arteria porteña. El ministro de Cultura tuvo que saltar el bache porque el video no estaba disponible y prometió enviarlo a los periodistas en horas posteriores. El segundo lo protagonizó Horacio Rodríguez Larreta, quien se mostró entusiasta por la idea que su gestión promueve y que se había dado cuenta de que sería un éxito porque días antes había ido a ver Nuestras mujeres –la obra que protagonizan Arturo Puig, Guillermo Francella y Jorge Marrale– y había visto la cantidad de gente que camina por calle Corrientes a la hora de los teatros. Terminada su frase, una periodista dijo de modo audible: “¡El que seguro está contento es Pepito Cibrián!”. Larreta se puso contento y agregó lo bueno que es que gente como él apoye la medida y bla bla bla... Pero Mahler tuvo que darle la mala noticia de que esa frase era irónica y emponzoñó contra el ánimo negativo que tiene desde hace un tiempo su ex socio profesional. El asunto era que, el día anterior, Cibrián había estado en el canal América y entre sus quejas dijo: “¡Y encima ahora quieren hacer peatonal la calle Corrientes!”. Segundo blooper, demasiado para Larreta, quien, con la excusa de “estoy en campaña”, se retiró del lanzamiento.
Cuidado en campaña. No hay que mantener una dieta en época de campaña. Y a quienes les toca recorrer la provincia de Buenos Aires, se les complica. No se puede rechazar nada. Pero por ahora, Guillermo Montenegro trata de compensar el tener que engullir a la fuerza algún embutido casero, una empanada frita... Bastante esfuerzo le costó bajar casi 15 kilos. Por eso, su día comenzó a las 5.30 y no menos de tres veces por semana hace bicicleta fija o en el KDT, corre 10 a 12 kilómetros, desayuna galletas de arroz, jugo y mate, y almuerza ensalada. Sólo los domingos tiene un “permitido”: el asado.
Mejor afuera. Primó la cordura o llegó una sugerencia de arriba: Martiniano Molina desistió de sumar a su mujer en un cargo electivo del PRO en octubre próximo.
Fuera de la ley. Mark Fagan, profesor en Harvard y especialista en lobbying en Estados Unidos, dio una charla al respecto en la Universidad del CEMA, invitado por la Fundación Criteria, la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa y la Fundación Empresaria para la Calidad y la Excelencia. En su explicación sobre cómo su país reguló esta práctica para que lobby no se asocie a corrupción, señaló un punto de la ley que, de aplicarse en la Argentina, hubiera negado la posibilidad a Juan José Aranguren de ser ministro de Energía. Y ese punto, explicó, se llama “puerta giratoria” y es el que recién después de dos años habilita a un empresario a ser funcionario estatal en una dependencia donde se toman decisiones que afecten o involucren al sector en que éste se desempeñaba como privado. Igual, Fagan aclaró: “Aun en Estados Unidos se han hecho excepciones (...)nada es perfecto”.
Onda expansiva. La gota china. Eso parece que sintieron los radicales quilmeños –hoy o por ahora aliados con el PRO– después que Martiniano Molina “se olvidara” cuánto hicieron –y harán al menos en las elecciones de octubre– ellos por él. Fue un juego que tuvo cierta reciprocidad en 2015 pero en el armado de listas para este año, el ex chef fue de a poco raleándolos de las listas y 48 horas antes del cierre de éstas, directamente él y su gente dejaron de contestar llamadas, whatsapp y “señales de humo”. Por eso y de a poco, habrá un Juego de tronos que podría expandirse fuera de Quilmes. Y hay radicales que sigilosamente han comenzado a tender puentes off PRO/Cambiemos.