ELESPIA

Sección El espía

- Despliegue K en evento diplomático. - Macri cuida su cadera con paddle. - Llamativo “mangueo” de juez federal. - Rubia y apocalíptica, pero adelgazada. - De Vido se alivia y su segundo gasta.

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Presentación en sociedad del nuevo embajador chino. Con una recepción para casi 400 invitados en el Sheraton, el nuevo embajador de China, Yang Wanming, se presentó el martes en sociedad durante el festejo por el 65º aniversario de la fundación de la República Popular. Aunque llegó hace apenas unos días al país, Yang dejó entrever que su misión será de alto perfil: lo más comentado del evento fue el discurso del diplomático, en el que expresó el “total apoyo” de Beijing a la Argentina en su conflicto con los fondos buitre. En el Salón Retiro del hotel, el anfitrión destacó también los “logros bilaterales” alcanzados desde la visita en julio del presidente chino, Xi Jinping: el financiamiento para la construcción de dos represas en Santa Cruz; el crédito para remodelar el Ferrocarril Belgrano Cargas; y el acuerdo de intercambio de monedas (swap) entre los bancos centrales de ambas naciones. Sorprendió a los asistentes el excelente español de Yang. Es que el flamante embajador viene de representar a su país en Chile, y ya había tenido un paso por la Argentina como tercer secretario de la embajada en 1993. Al contrario de lo que ocurre en la mayoría de los eventos diplomáticos, en esta oportunidad el Gobierno dio el presente con una nutrida delegación encabezada por el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; el vicecanciller Eduardo Zuain; el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Carlos Bianco (hombre de Axel Kicillof en el Palacio San Martín), y el ministro de Turismo, Enrique Meyer. También aprovechó el buffet internacional –al estilo hotelería global, nada de comida china– profusa cantidad de hombres de negocios que orbitan en torno a China, como el presidente de la Asociación de Supermercados Chinos, Miguel Calvete; el director de la Cámara de Comercio Argentino-China, Ernesto Fernández Taboada, y el titular de la Cámara de Importadores, Diego Pérez Santiesteban. Aunque no estuvo en el Sheraton, Héctor Timerman tampoco dejó pasar la chance de dar la bienvenida a Yang: se reunieron al día siguiente en el despacho del canciller, pero ya sin copas ni brindis.

Cadera por paddle. Es sabida la esmerada dedicación de Mauricio Macri por el deporte. A los partidos de fútbol de los domingos en su casa de San Miguel, el golf (aunque ya no tiene el mismo handicap que hace unos años) y la rutina de aeróbicos en el gimnasio Ocampo de Barrio Parque (donde suele cruzarse con Francisco de Narváez, con apenas un saludo distante, y hasta con el gobernador entrerriano y aspirante presidencial K, Sergio Urribarri), se les sumó en las últimas semanas el paddle. Según les contó el jefe de Gobierno porteño a sus asesores, encontró unas canchas, de las pocas que aún quedan, con el pasto sintético más alto que le permite cuidar su ya ajetreada cadera. Si bien también solía jugar al tenis, la variante del paddle lo tiene entretenido los sábados por la tarde con sus amigos, luego de las recorridas de campaña que suele realizar por la mañana.

Boudou se destaca. El jueves, el Concejo Deliberante de Mar del Plata fue noticia por los incidentes que se encendieron previos al debate en el que se votó la remoción de su presidenta. Lo que trascendió menos fue que días atrás en ese mismo cuerpo legislativo ocurrió otro escándalo, pero sin golpes de puño. Por mayoría, los concejales marplatenses rechazaron el pedido de la UCR de retirarle al vicepresidente Amado Boudou el título de “vecino destacado de la ciudad”, otorgado años atrás por la oficialista Acción Marplatense.

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Oyarbide busca auto. La mayoría de los jueces federales de Comodoro Py buscó algún tipo de excusa válida para no asistir a la Conferencia Anual de Jueces, que encabezó Ricardo Lorenzetti este fin de semana en Mar del Plata. Pero al final, muchos terminaron yendo al encuentro a pedido del presidente de la Corte Suprema de Justicia. Quien buscó denodadamente durante estos días un compañero de viaje para llegar a la ciudad balnearia fue el controvertido magistrado federal Norberto Oyarbide. No tuvo ningún éxito. En su ímpetu, incluso interpeló en un ascensor de los tribunales de Retiro a su colega Claudio Bonadio, para preguntarle si podía llevarlo en su auto. Oyarbide le aclaró que no quería viajar en su propio vehículo ni con su séquito de custodios para evitarse malos tragos. Con su clásico tono a poco, Bonadio le contestó: “No, prefiero ir solo”. Y se cerró la puerta del ascensor.

Campaña. Antes de la visita que Elisa Carrió hizo el domingo pasado a San Nicolás para presentar su libro Humanismo y libertad, los 200 jóvenes profesionales que integran sus equipos técnicos ya tenían tramada una sorpresa para la diputada. La idea del grupo era recibir a Lilita vestidos con las flamantes remeras de “Carrió Presidente 2015”, que, por supuesto, incluía un modelo para la dirigente. Pero un error en los cálculos echó a perder el buen gesto. “Se ve que la campaña la mantiene en forma”, habrán pensado los responsables del obsequio al ver que la diputada necesitaba un talle menos del que previeron.

Justicia conspirativa. Habrá sido el Malbec Circus, o acaso el chau fan con verdura, la excusa perfecta para un amistoso almuerzo que unió a dos de los jueces que le han provocado más de un dolor de cabeza a Mauricio Macri con sus fallos. Allí se pudo ver, distendidos, a Patricia López Vergara y a Roberto Andrés Gallardo. La primera (reconocida por su extravagante oficina con un buda y una silla para masajes) fue una pieza clave en el traspaso del subte; el segundo (un abogado autodefinido como “marxista” que fue capaz de dictar fallos contra el patrimonio de funcionarios) trabajó sobre temas de vivienda y frenó una serie de obras por irregularidades. Un mediodía de la semana pasada disfrutaron de la cocina de Chino Central, un restaurant ubicado estratégicamente a menos de 150 metros de la Jefatura de Gobierno. Entre otras cuestiones, coincidieron en que tenían que estar atentos ante la posibilidad de que despierte un enemigo común: Daniel Angelici, el presidente de Boca, quien oficia de operador PRO en las sombras en la Justicia porteña.