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Los tres escenarios que abrió la sorpresa de Cristina

El anuncio de CFK produjo un terremoto en todo el arco político con expectativas reales de gobierno a partir de diciembre. El autor analiza qué puede pasar de ahora en más, a partir de los datos duros de los estudios de opinión pública.

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Perspectivas. La nueva realidad impone replanteos en cada espacio de cara a las PASO. | Marcelo Escayola_Presidencia de la Nación

El sábado pasado amanecimos con una sorpresa política: Cristina Fernández de Kirchner anunció que el candidato a presidente de su espacio sería Alberto Fernández (ex jefe de Gabinete de Néstor Kirchner) y que ella lo acompañaría como candidata a vice. El anuncio tuvo dos consecuencias muy claras: reseteó la agenda de debate público y obligó al resto de los espacios políticos (Cambiemos y Alternativa Federal), y a sus potenciales candidatos, a recalcular sus estrategias. Si bien existía cierto nivel de incertidumbre respecto de la candidatura de la ex presidenta, la jugada introdujo, además, un plus adicional en la arena político-electoral. Con estos niveles de incertidumbre, todo tipo de predicción tiene márgenes de error altos. Es en esos momentos donde pensar prospectivamente, valorando escenarios alternativos, se vuelve indispensable. Para analizar escenarios, a partir de este movimiento, primero tenemos que hacer un diagnóstico de línea de base. ¿Cómo estaban los diferentes actores posicionados antes del anuncio?

Tendencias generales. Del 8 al 16 de mayo levantamos la Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública, la ya conocida #Espop que realizamos periódicamente en la Universidad de San Andrés. La muestra contiene un total de 1.016 casos que seleccionamos en forma estratificada por región y provincia, en todo el país, a la cual posteriormente ponderamos según el Nivel socioeconómico y Región. La encuesta finalizó exactamente un día antes del anuncio, por lo que permite estimar la imagen de los principales dirigentes del país y la intención y dureza del voto, exactamente antes del anuncio.

Analizando a los políticos en específico, la tendencia en los últimos tiempos ha sido clara: los partidarios de Cambiemos pierden imagen positiva, mientras que algunos de la oposición la recuperan. En la actualidad el Presidente tiene una imagen positiva del 28%, superado en su espacio por María Eugenia Vidal (43%) y Elisa Carrió (30%). Estas últimas si bien presentan valores superiores al Presidente también cayeron en la valoración de la opinión pública. Tan solo para ilustrar la magnitud de esos cambios, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires llegó a tener en octubre de 2017 un 74% de imagen positiva. En contraposición, entre quienes se vienen reposicionando, la ex presidenta Cristina Fernández pasó de un 18% de imagen positiva en 2017 a tener en la actualidad un 34% de imagen positiva. Hasta las últimas definiciones, Roberto Lavagna alcanzaba un 33% de opiniones positiva, y en los últimos meses Sergio Massa pasó de un 19% a un 24%. La tendencia es clara: el oficialismo se ha devaluado y la oposición comienza a recuperar imagen frente a la opinión pública.

"Cuando me dicen que me parezco a Néstor me llenan de orgullo", dijo Alberto F.

Intención de voto. La intención de voto en primera vuelta, presenta en primer lugar un 27% de indecisos, lo cual es lo esperable dado que universalmente un tercio, o un poco más, de los electores define su voto muy cerca de las elecciones. La distribución de las primeras preferencias de los entrevistados entre los candidatos indica que CFK lleva la delantera (24%), el presidente Mauricio Macri la sigue ahora de atrás (21%), mientras que el resto de los candidatos están aún un tanto distantes: Roberto Lavagna (9%), Sergio Ma-ssa (7%), Juan Manuel Urtubey (4%) seguidos del resto de los precandidatos. Hasta hace poco, la suma de estos candidatos centristas de Alternativa Federal y Consenso 19 alcanzaba el 20%, algo que ya no parecería tener sentido agregar debido a las divisiones recientes. La tendencia favorece a la ex presidenta y reafirma el descenso electoral del actual presidente, aunque es esperable que se estabilizará alrededor de estos valores. Alternativa Federal podría jugar su carta, en la medida que sus integrantes permanezcan juntos y definan un candidato mediante algún mecanismo de coordinación o competencia, incluyendo las PASO. La potencial salida de gobernadores integrantes de Alternativa Federal, en respaldo de Alberto Fernández-Cristina Fernández, podría eventualmente reducir el volumen de ese espacio y facilitar el segundo lugar al Presidente. En caso de confirmarse, es quizás allí donde se presentarán las consecuencias inmediatas de la nominación de Alberto Fernández.

Desde luego, habrá que esperar unos días y medir el impacto final que la nominación de Alberto Fernández pudo haber tenido en la opinión pública, al menos en el corto plazo. Si se analiza lo que usualmente se llama “el voto duro”, esto es los electores que están seguros de votar por un candidato o candidata, la ex presidenta es la más fortalecida. Presenta una dureza de voto del 20%, mientras que el Presidente alcanza un 13%. En ambos casos, los llamados votantes imposibles o, el techo electoral, (esto es, aquellos que dicen que nunca los votarían) llega al 53%. Con excepción de Lavagna y José Luis Espert, que tienen poco voto duro (5% y 2% respectivamente), pero a la vez poco voto imposible (31%), todos los demás tienen un techo electoral similar alrededor del 50%. Hasta aquí las tendencias que venimos observando en la opinión pública.

Escenarios prospectivos. Podemos hipotetizar algunos escenarios que dependen de muchas variables y factores fuera de control nuestro y, como sucedió el sábado pasado con la nominación de Alberto Fernández, también son sensibles a las jugadas políticas sorpresivas, los cambios repentinos y los errores de los actores; como se dice en la jerga de la prospectiva: “wild cards”. Condicional a la resolución de la Convención de la Unión Cívica Radical y sus consecuencias al interior de Cambiemos, así como del sostenimiento o no de adhesiones de Alternativa Federal, los escenarios que podemos plantear tienen al menos un elemento común: en todos los casos la fórmula de Unidad Ciudadana–Partido Justicialista tiende a consolidar su primer lugar en las tendencias electorales. Entre una buena cantidad de variables, hay otras dos que condicionan la evolución de los escenarios: la existencia o no de un candidato de centro competitivo (Massa o Lavagna) y el mantenimiento o no de la candidatura del presidente Mauricio Macri, ambos factores generan las incertidumbres determinantes de los escenarios que planteo a continuación.

En un día "kirchnerista", Cristina y Alberto Fernández estrenan su fórmula en Merlo

Escenario 1. El candidato de Unidad Ciudadana–Partido Justicialista, Alberto Fernández, mantendría la intención de voto de su compañera de fórmula y capitalizaría el hecho de llevar la delantera en la iniciativa política. El presidente Mauricio Macri sería su contrincante más cercano en la primera vuelta y, si todos los demás factores se mantuvieran constantes, habría uno o dos candidatos centristas adicionales: uno surgido de Alternativa Federal y, otro, potencialmente, del espacio de Roberto Lavagna. Desde luego, hay diferencia si el centro político presenta uno o dos candidatos. En todo caso, la fuerza de ese espacio radicaría que, al igual que en 2015, sus votantes definan en la segunda vuelta a qué candidato apoyarán: a los Fernández o a Mauricio Macri. Este sería el escenario de inercia, con el que trabajaban en Casa Rosada, y en especial en Jefatura de Gabinete: 2019 sería una elección parecida a la del 2015 con un escenario de ballottage cerrado. Ahora bien, si el centro político se divide y los candidatos pierden fuerza, podrían crecer las chances de que Alberto Fernández gane en primera vuelta cruzando el 40% y sacándole una ventaja de 10 puntos a Cambiemos. Muchos votos descontentos con el Gobierno se fragmentarían entre las diferentes alternativas del centro, y harían posible el triunfo de Fernández en primera vuelta.

Escenario 2. El malestar en la UCR crecería y, en breve, se harían eco el lunes 27 de mayo en la Convención radical. Exigirían algunos cambios en la coalición de gobierno: ya sea internas abiertas o la modificación de la fórmula, incluyendo la solicitud que el Presidente decline su candidatura. Las divisiones en Alternativa Federal, reducirían el peso de las voces radicales que directamente preferirían dejar de ser socios del PRO. Los magros resultados del desempeño del Gobierno, presionarían por encontrar reemplazos. Los favoritos serían María Eugenia Vidal y Martín Lousteau, que pueden ofrecer una imagen positiva mayor que la del Presidente, y mejorar de este modo la performance electoral competitiva de Cambiemos. Desde luego, ello implicaría reconocer el fracaso del Presidente. Pero las chances de Cambiemos, en este escenario, serían inciertas y los riesgos difíciles de estimar, entre ellos perder la elección presidencial y la provincia de Buenos Aires, al mismo tiempo.

Escenario 3. La aprobación del Gobierno seguiría en caída, así como la evaluación global de su desempeño, y la coalición implosionaría. Se radicalizarían las divisiones y las fugas. Si Alternativa Federal lograra salir ilesa de sus potenciales conflictos internos, el electorado de Cambiemos y el centrista, encontraría a un nuevo candidato para poder ganarle a los Fernández (lugar que hasta hace poco parecía ocupar Roberto Lavagna). La caída de la aprobación del Gobierno y la imagen del Presidente serían tales, que cualquier movimiento resultaría irreversible, incluso con potencial pérdida de aliados. En ese escenario el partido de gobierno podría quedar en tercer lugar en la primera vuelta, superado por algún candidato del espacio centrista establecido, siempre y cuando esta opción permaneciera en la liza competitiva con un poco más del 20% de los votos. Este escenario podría tener dos desenlaces: en primer lugar, los Fernández podrían ganar en primera vuelta como sucedió en 2007, producto de una fragmentación equitativa de las opciones alternativas. En segundo lugar, la fórmula Fernández-Fernández no llegaría a superar el 40% y estaría obligada a enfrentar en un ballottage al candidato centrista en pie, potencialmente de Alternativa Federal. En este desenlace, las chances del candidato centrista mejorarían sustantivamente como punto focal de todos los votantes de Cambiemos y de los propios. Pero desde luego, deberían poder quedar en pie hasta ese entonces.

En los próximos meses veremos la evolución de cada espacio político, el acierto o el error de las estrategias escogidas y las respuestas de la opinión pública. Se repartieron las cartas, ahora depende de los jugadores.

*Politólogo, Investigador del Conicet, director de la Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública de la Universidad de San Andrés. (@dgreynoso)